1. Una gran variedad de alimentos y un ambiente alegre y confiado a la hora de la comida.
2. Quien mejor sabe qué y cuándo dar de comer a sus hijos son los padres, pero quien mejor sabe cuánto deben comer son ellos mismos y su propio cuerpo.
3. Un aviso previo cinco minutos antes de la comida permite acabar juegos o actividades, lavarse las manos, en su caso ayudar a poner la mesa y prepararse para comer.
4. Comer con la televisión encendida impide conversar con la familia. Muchas veces el tiempo de comer es el único momento en el que la familia puede reunirse. Por ello se recomienda apagar siempre el televisor. Sin embargo, alguna comida con un programa que guste a toda la familia, no tiene por qué estar mal, de vez en cuando.
5. Procurar que la comida sea un momento agradable, para disfrutar de la familia, reunida en un ambiente acogedor. Ello contribuye al desarrollo de buenos hábitos alimentarios: no permita que se convierta en una escena de lucha.
6. Si el niño deja de comer una comida no hay que preocuparse. No tenga miedo de que se quede con hambre. ¿Qué es peor, que no coma de vez en cuando, o unos padres siempre esclavos de los caprichos de su niño?
7. Ofrecer alimentos variados. Y sin exigir que coma ningún alimento en concreto. Si le prestamos demasiada atención a sus “manías”, conseguiremos que se aferre a comer sólo ciertos alimentos. Sin duda poco a poco, el niño irá probando casi todos los alimentos. Varias veces el niño tardará en probar un alimento nuevo… e incluso quizá lo pruebe muchas veces hasta que le guste. Pero le queda mucha vida por delante: nunca lo forzaremos a probar alimentos nuevos si va a suponer un drama.
8. Las manías (el niño que sólo quiere comer un alimento determinado) y el miedo a probar nuevos alimentos forman parte del desarrollo normal. ¿Quién no los recuerda en su propia infancia?
9. Como los hijos imitan lo que ven, si los adultos llevan un régimen alimenticio inadecuado no podrán esperar que sus hijos coman bien. Démosle ejemplo comiendo de acuerdo a un horario regular y seleccionando alimentos sanos y sabrosos.
10. Si el niño no se comporta bien, haga que se vaya a su habitación o que se siente fuera de la mesa hasta que la comida haya terminado. Sin llevarse comida, ni regresar a comer o tomar postre. Hasta la siguiente hora de comida.