Este amplio documento es una actualización de las sociedades científicas sobre el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) en la edad pediátrica. Se basa en el consenso del grupo de expertos después de la búsqueda sistemática de publicaciones hasta el 1 de junio del 2015. Se abordan aspectos como la definición, el diagnóstico y el tratamiento de niños con RGE (reflujo gastroesofágico) y ERGE. Se incorporan tablas con los síntomas y signos de ERGE, signos de alarma, y diagnóstico diferencial. Además, se desarrollan 2 algoritmos diagnostico-terapéuticos, uno para lactantes menores de 12 meses de edad y el otro para niños de 1 a 18 años. Algunas de sus recomendaciones se recogen a continuación:
Diagnóstico: en ausencia de signos de alarma, no se necesitan pruebas de diagnóstico y/o terapéuticas, si no hay repercusión sobre la alimentación, el crecimiento o la adquisición de los hitos del desarrollo. Los autores valoran y se posicionan frente a distintas pruebas diagnósticas: estudios radiológicos con contraste, ecografía, endoscopia con biopsia, biomarcadores, manometría, gammagrafía, prueba diagnóstica con IBP y pHmetría.
Tratamiento no farmacológico: se posicionan a favor de las formulas espesantes, de la modificación de volúmenes e intervalos, tratamiento postural en ciertas circunstancias, y formulas hidrolizadas (como tratamiento de prueba de 2 a 4 semanas en lactantes con sospecha de ERGE después de que no hayan respondido a las terapias convencionales óptimas). No aconsejan utilizar masajes, ni intervenciones sobre el estilo de vida, ni tratamientos complementarios como prebióticos, probióticos o medicamentos herbales.
Tratamiento farmacológico: recomiendan el uso de IBP (inhibidores de la bomba de protones) o en su defecto antagonistas de los receptores H2 (H2RA) como tratamiento de primera línea de la esofagitis erosiva relacionada con el ERGE y para el tratamiento de síntomas típicos (pirosis, dolor retroesternal o epigástrico) en niños con ERGE. Aconsejan no usar alginatos, antiácidos, domperidona, metoclopramida ni otros procinéticos como tratamiento de primera línea. Aconsejan no usar H2RA o IBP para el tratamiento del llanto/irritabilidad en lactantes sanos ni para el tratamiento de la regurgitación visible en niños sanos. Asímismo, no utilizar H2RA o IBP en pacientes con síntomas extraesofágicos (es decir, tos, sibilancia, asma), excepto en presencia de síntomas típicos de ERGE y/o pruebas diagnósticas sugestivas de ERGE. Hay que reevaluar el diagnóstico si no hay mejoría en 4-8 semanas y valorar diagnósticos alternativos.
El tratamiento quirúrgico se reserva para casos seleccionados graves sin respuesta a tratamiento óptimo. Se podría considerar el uso de baclofeno antes de la cirugía en niños donde otros tratamientos farmacológicos han fallado
Ángel Martín Ruano
Pediatra de EAP. CS San Bernardo Oeste. Salamanca
Profesor Asociado. Facultad Medicina. Universidad de Salamanca