Un niño de 9 años fue llevado por sus padres a una clínica oftalmológica para evaluar la disminución de la visión en su ojo izquierdo. La agudeza visual en el ojo izquierdo fue de 20/100, en comparación con 20/20 en el ojo derecho. El examen funduscópico del ojo izquierdo reveló un gran agujero macular con un área atrófica hipopigmentada inferior (foto A). La tomografía de coherencia óptica confirmó el agujero macular completo. La imagen de autofluorescencia del fondo de ojo resaltó dos puntos inferiores al agujero macular que correspondían a áreas adicionales de lesión (foto B). El niño refirió haber jugado con un puntero láser verde y mirando repetidamente el rayo láser.
Aunque muchas Agencias Nacionales de Salud han advertido sobre los posibles riesgos oculares asociados con punteros láser portátiles, y la venta de dispositivos con más de 1 mW de potencia está restringida en muchas áreas, los dispositivos láser más potentes siguen siendo accesibles, especialmente a través de Internet.
Debido al gran diámetro del orificio macular y la atrofia que lo acompañaba en este paciente, se decidió por el tratamiento conservador en lugar de la cirugía. La visión del paciente se ha mantenido sin cambios durante los 18 meses de seguimiento.
Javier López Ávila
Pediatra de EAP. CS San Bernardo Oeste. Salamanca
Profesor Asociado de Pediatría. Universidad de Salamanca