Hasta ahora los datos existentes sugieren que los niños padecen habitualmente cuadros leves de infección por coronavirus SARS-CoV-2 en comparación con los adultos. En el contexto de la atención primaria pediátrica y coincidiendo con el inicio escolar y el habitual aumento de la incidencia de otros procesos respiratorios (gripe, VRS, etc.) son habituales las consultas por síntomas sospechosos de procesos infecciosos.
Los autores plantean cual es el manejo más adecuado de estos pacientes tanto desde el punto de vista epidemiológico como clínico. En el nuevo modelo asistencial, el triaje telefónico debe permitir decidir la actuación respecto a la petición de pruebas diagnósticas, necesidad de valoración presencial y posibilidad de derivación hospitalaria. Al no existir escalas validadas sobre este tema, se puede realizar un uso inadecuado de pruebas diagnósticas, tanto por defecto como por exceso.
En el artículo se repasan las manifestaciones clínicas en la edad pediátrica que habitualmente son leves. Se recuerda la definición de caso sospechoso y caso probable, proponiendo catalogar como “caso sospechoso” el “paciente con presencia de cualquiera de estos síntomas: tos, fiebre, dificultad respiratoria, malestar general, mialgias, vómitos y diarrea, anosmia, ageusia/disgeusia y manifestaciones cutáneas como perniosis, rash papuloso, vesiculoso y urticarial con aparición de forma aguda (<7 días), sobre todo si se acompaña de síntomas respiratorios. En cuanto a la presencia de rinorrea, faringodinia y cefalea como manifestación única debe de considerarse si va unido a criterio epidemiológico: contacto estrecho con caso confirmado o contacto estrecho con paciente sospechoso”.
Realizan una revisión sobre la evidencia existente respecto a la transmisión por los niños (parece poco frecuente en los niños pequeños, y los niños mayores y los adolescentes parecen ser capaces de transmitir el SARS-CoV-2 de forma eficaz) y resumen igualmente las pruebas diagnósticas disponibles en el momento actual.
Propugnan la necesidad de considerar dos fases importantes en la valoración del paciente pediátrico con sospecha de COVID-19: valoración diagnóstica de caso de infección por SARS-CoV-2 con connotaciones epidemiológicas (detección del caso, estudio del entorno y aislamiento para limitar la transmisión, datos de vigilancia) y valoración clínica dirigida a evaluar el nivel de gravedad.
Teniendo en cuenta todo lo anterior presentan un interesante algoritmo de decisión clínica que tiene en cuenta tanto los datos epidemiológicos y clínicos para determinar cuando hay que solicitar una prueba diagnóstica y también cuando debe recibir atención pediátrica presencial y/o urgente.
Dr. Ángel Martín Ruano
Pediatra de EAP. CS Miguel Armijo. Salamanca
Profesor Asociado. Facultad Medicina. Universidad de Salamanca