La apendicitis es la patología abdominal en el grupo de edad pediátrica que más frecuentemente requiere cirugía urgente, y en muchos casos se detecta ya como apendicitis perforada (15-50%). Un consenso de tratamiento para la perforada es un curso de antibioterapia (ATB) con apendicectomía posterior, sin embargo, no existen pautas claras en cuanto a su administración. El enfoque más práctico es la administración intravenosa (IV) inicial seguida de un curso de ATB oral (PO) para evitar las complicaciones de los medicamentos IV, para mayor comodidad de los pacientes y por disminuir el coste. Por otra parte, surge la pregunta de si es seguro cambiar a ATB PO o si estamos arriesgándonos a complicaciones. Dado que la literatura científica actual se compone de estudios con tamaños muestrales insuficientes para llegar a una adecuada conclusión, un equipo del departamento de Cirugía Pediátrica del West China Hospital of Sichuan University quiso diseñar este metaanálisis.
Dos investigadores independientes realizaron búsquedas en las bases de datos PubMed, EMBASE y Cochrane Library, seleccionando estudios de habla inglesa que comparasen resultados en pacientes con apendicitis perforada que recibieron ATB IV exclusiva frente a aquellos que recibieron terapia secuencial IV inicial con paso a PO tras apendicetomía. Se realizó de acuerdo a los criterios de calidad de metaanálisis PRISMA. Los estudios elegidos debían registrar resultados en cuanto a aparición o no de absceso postoperatorio (resultado primario), de infección de la herida quirúrgica o de reingreso hospitalario (resultados secundarios). De los 168 estudios que inicialmente cumplían criterios, finalmente se incluyeron cinco estudios (3 estudios retrospectivos de cohortes y 2 ensayos clínicos aleatorizados) con un total de 580 pacientes (n=306 grupo de ATB IV exclusivo, y n=274 en grupo IV/PO). Se empleó la Escala de Newcastle-Ottawa (NOS) para evaluar la calidad de los estudios de cohorte incluidos y la puntuación de Jadad para evaluar la calidad de los ensayos clínicos aleatorizados. La heterogeneidad estadística se evaluó utilizando el valor I2 y se aplicó un modelo de efectos fijos o aleatorios según el valor I2. Las estimaciones agrupadas indicaron que la antibioterapia secuencial IV/PO no aumentó el riesgo de complicaciones, con un riesgo relativo (RR) de 0.97 (IC 95% 0.51–1.83, P = 0.93) para el absceso postoperatorio, 1.04 (IC 95% 0.25 –4.36, P = 0.96) para infección de la herida quirúrgica y 0.62 (IC 95% 0.33–1.16, P = 0.13) para reingreso hospitalario.
Aunque el estudio reconoce sus limitaciones en cuanto a que no en todos los estudios se sigue la misma pauta de antibióticos (por falta de consenso actual) ni la misma pauta de tiempo de transición del cambio IV/PO, sí concluye que la ATB IV/PO no es inferior a ATB IV exclusiva con respecto a mayor número de absceso postoperatorio, mayor número de infecciones de la herida quirúrgica o de reingreso hospitalario aumentado. Estos resultados apoyan la práctica actual de tratamiento combinado secuencial IV/PO para mayor comodidad de nuestros pacientes y menor coste del tratamiento intrahospitalario.
Ana Martínez Pereira
Residente de Pediatría. Hospital Universitario de Salamanca