El propósito de la audiometría es medir la capacidad de audición de una persona. Una pérdida de audición especialmente en los primeros años de la vida puede alterar el lenguaje y el desarrollo intelectual y social.
A partir de los 4 años edad puede utilizarse la audiometría tonal como cribado rutinario de la audición en niños normales y a cualquier otra edad siempre que, por valoración subjetiva, se sospeche un déficit de audición. En el mercado existen dos tipos fundamentales de audiómetros: los fijos y los portátiles. Ambos requieren la cooperación del paciente. En general, los fijos permiten hacer una audiometría completa tanto en intensidad como frecuencia, y su coste es elevado en función de sus características técnicas. Los audiómetros portátiles son de fácil manejabilidad y más económicos pero sólo permiten hacer un barrido de la escala de audición normal con una frecuencia de 500, 1000, 2000 y 4000 Hz. que puede ser secuencial y predeterminada en tiempo o, en otros modelos, el examinador puede escoger el momento oportuno para emitir el sonido. En este artículo se examina un modelo de este último tipo denominado Oto-Screen .
Antes de hacer una audiometría el examinador debe hacérsela a sí mismo para comprobar que el aparato funciona correctamente, y constatar que no haya una obstrucción por cerumen del conducto auditivo del paciente. La evaluación debe hacerse en un ambiente silencioso ya que el ruido ambiental puede alterar de forma significativa la prueba especialmente en frecuencias bajas (por ejemplo 500 y 1000 Hz).
El audiómetro es un instrumento de pequeño tamaño que puede ser manejado con una mano. Consiste en un circuito electrónico colocado dentro de un auricular, alimentado por pilas y con un indicador de desgaste de voltaje. En su exterior tiene dos botones: uno, para tonos de 20 dBHL y otro para 40 dBHL. Tras apretar el botón, al cabo de un segundo, el auricular emite el primer tono a 1000Hz. Pulsando sucesivamente el mismo botón, automáticamente pasa las frecuencias 500, 1000, 2000 y 4000Hz. Cuando el instrumento emite el sonido se enciende una luz piloto en la frecuencia correspondiente. El niño debe contestar simplemente si oye o no los sonidos. Si hay evidencia de que hay un fallo en la audición se debe realizar de nuevo la prueba poniendo cuidadosamente el cabezal del audiómetro y asegurarse que el niño está entendiendo lo que se le pide. Si el niño no es capaz de oír o no responde puede ser debido a dos motivos: falta de audición o falta de cooperación. Para resolver esta duda es conveniente volver a explicar al niño todo el proceso y reiniciar la prueba con el otro pulsador (a 40dBHL) para que se familiarice con los sonidos. Si oye bien, se repite la prueba a 20 dBHL. Para evitar enmascaramiento por ruido ambiental, es preciso tapar el orificio del conducto auditivo del lado opuesto al que se está explorando. Si falla de nuevo hay que enviarlo a un especialista para una evaluación completa.
Se trata de un instrumento pequeño, perfectamente manejable con una mano y que para realizar la prueba no precisa de personal auxiliar. La forma del mismo, en forma circular, con reborde de goma, se adapta perfectamente a la oreja del niño sin producir dolor o molestias. La selección a voluntad del momento de emitir la señal permite detectar cuando el niño no colabora o intenta falsear la respuesta. Los pacientes aceptan muy bien este método ya que la mayoría alguna vez ha probado unos auriculares, y no es molesto porque no hay que introducir nada en el canal auditivo. Es conveniente una calibración anual para no perder fiabilidad en la intensidad, distorsión y frecuencia del barrido ya que es imposible su detección sin tecnología adecuada.
El audímetro del Pediatric OtoScreen III no tiene hasta este momento punto de venta en España pero puede adquirirse directamente del fabricante en EEUU: Handtronix. Su coste actual es de unos 450 dólares.
Dr. Santiago García-Tornel Florensa
Vocal del TECDIAP