Este miércoles 12 de abril, el Foro de Atención Primaria celebró una rueda de prensa para exigir soluciones ante la crisis sin precedentes que atraviesa el primer nivel asistencial. El presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP), Cristóbal Coronel, intervino en el acto con el siguiente discurso:
Hoy venimos a celebrar el Día de la Atención Primaria. Somos conscientes de que está mal, sí, pero tiene solución con unas inversiones realistas y finalistas y también con una buena educación sanitaria.
Este año, de nuevo, me toca decir unas palabras. Bien podría volver a repetir las mismas del año pasado o, como hemos hecho en otros foros, un discurso idéntico que sirve como catarsis para desahogarnos. Pero nuestros gestores ya vienen regañados de casa, con la lección y discurso aprendido, independientemente de lo que aquí les propongamos y sugiramos. Ideas y propuestas damos muchas, repetimos discursos que son fugaces en los medios de comunicación, pero sin mayor trascendencia en la realidad diaria.
Llevamos denunciando el deterioro de la AP desde que tengo memoria, viendo cómo no se ponían soluciones a pesar de los continuos avisos que parecen no hacer mella en nuestros gestores, más interesados siempre en acciones rentables electoralmente que en propuestas y planificaciones sólidas a largo plazo. Y así, en plena labor de desinversión y deconstrucción del sistema de Atención Primaria, hemos llegado a la situación actual.
Hemos dejado de hacer lo importante porque todo lo ocupa lo urgente, que no es tal en un servicio de barra libre y consumo infinito de servicios sanitarios donde se rompe la equidad al no dedicar más tiempo y esfuerzos a los que más lo necesitan en vez de los que más lo demandan. Y si algo sobra, son salvadores de la Sanidad y usuarios que no la usan bien y no les pasa nada. Atender sin filtro alguno y a demanda de la población perjudica y reduce la accesibilidad al que realmente necesita ser atendido.
Tenemos una población sobreprotegida que piensa que tiene derecho a Sanidad gratis y total cuando quiera y como quiera, porque así la hemos educado, pero las nuevas generaciones de médicos también se han formado en sus derechos y ya no creen que deben ser inmolados en un martirio prolongado y doloroso.
Debemos informar a la población de nuestras posibilidades y carencias, pues existe un maltrato institucional a los pacientes a los que se engaña con promesas y se anima al consumo de servicios sanitarios, sin que esto se acompañe de un aumento de recursos. Esta contradicción crea frustración en la población al no ver sus expectativas de salud cubiertas y un aumento de las agresiones al personal sanitario.
Se puede hacer una buena AP desde una sala con una mesa y una silla, con pocos recursos, pero eso no sorprende ni se vende como inversión. La fastuosidad y seguridad que te da un hospital fascina, por ello se ha dejado aparcada la AP y se ha continuado invirtiendo, construyendo inmensos edificios (hospitales, centros enormes, pero con consultas vacías), consiguiendo fascinar a los usuarios y dar lustre a los políticos. Ha primado el envoltorio sobre el contenido, es decir, que hubiera buenos médicos que atendieran las consultas. Si no hay médicos es porque «faltan», porque lo que se debió invertir en sueldos se invirtió en pirámides, para gozo de usuarios que no supieron valorar nada más que la fachada de la Sanidad.
Existe un maltrato institucional a los pacientes a los que se engaña con promesas y se anima al consumo de servicios sanitarios, sin que esto se acompañe de un aumento de recursos
El modelo de la AP española era envidiado por todos los países de nuestro entorno. Pero esta Atención Primaria, tal como la conocemos, se nos muere, y en vez de aplicar medidas de resucitación efectivas y eficaces, estamos debatiendo qué lápida le ponemos y, sobre todo, quién la paga para que no sea nuestra culpa, sino del otro.
Hemos engordado tanto a la bestia con “la barra libre asistencial” que ahora ¿quién le pone el cascabel de recortarla? Se ha promocionado un médico al lado de cada casa. No tiene sentido tener un centro de salud a 800 metros de otro en ciudades con los medios de desplazamiento actuales.
Demandamos soluciones definitivas, no medidas provisionales, con el fin de conseguir que cada profesional pueda desarrollar su trabajo con eficacia, lo que revertirá en una mayor satisfacción personal y en una mejora en la calidad asistencial. Formamos a muchos médicos con un elevado coste para el sistema sanitario público que luego van dirigidos a engrosar las plantillas del extranjero o de las consultas privadas. Tenemos que mejorar la relación sueldo/penosidad en AP para hacerla atractiva.
Por otro lado, insistir en que ya basta decir que no hay pediatras: no los hay de saldo y para todo, esa es la excusa de la Administración. Tenemos que acabar con ese discurso de falta de médicos pues, asumiéndolo, partimos de la premisa de que es un problema que no tiene solución y supone la excusa perfecta para no hacer nada. Por ejemplo, los hospitales no tienen este déficit: es la ley de la oferta y la demanda. ¿Por qué no dicen cómo sucede en otros trabajos en los que no se hacen propuestas atractivas?
En una encuesta a residentes recién egresados en Andalucía, que acaba de publicarse, se les preguntaba por su opinión sobre la especialidad durante este periodo formativo. Y una de las respuestas que más me gustó y más llamó mi atención es: “Te preparaban para ser piloto de Fórmula 1 y luego te encuentras trabajando de taxista en el tráfico congestionado de una gran ciudad”.
Tenemos que acabar con ese discurso de falta de médicos pues, asumiéndolo, partimos de la premisa de que es un problema que no tiene solución y supone la excusa perfecta para no hacer nada.
Eso nos lleva a la conclusión de que es necesario aumentar la formación en Atención Primaria y potenciarla desde la residencia. Tiene que ser una sociedad científica la que diga de forma clara y transparente: tenemos que terminar con el gratis total, el voluntarismo, pues lo que no se paga no se reconoce ni se valora, empezando por la tutorización de estudiantes y residentes. ¿Cómo vamos a animar a nuestros compañeros para que se incorporen a estas labores de tutorización si no aportan ningún atractivo ni aliciente?
No se puede salvar la AP hundiendo y expulsando a los médicos de ella. Solamente colaborando e invirtiendo en estos se conseguirá mejorar la AP. Es fundamental poner en valor el acto médico. Si los médicos nos dedicamos a tareas burocráticas seremos unos administrativos caros, debemos liberarnos de muchas tareas que no aportan valor ninguno. No podemos ser el delantero-centro, el que remata y el portero del equipo. Cada uno tiene su función y competencias definidas.
La Administración está miope y cree que la solución pasa por crear más médicos baratos, pero con ello solo conseguirá aumentar el éxodo a Europa y quedarse con los no titulados ni formados. Los médicos ya no somos una “hermandad de la bata blanca” dispuestos a inmolarnos para contentar los deseos del prójimo. Y el paciente ya no es tal, se ha convertido en un usuario.
Es importante poner en valor la pediatría de AP, los pediatras atendemos las necesidades del niño afectado de enfermedad crónica, hacemos actividades preventivas, somos esenciales para garantizar el buen desarrollo del niño y adolescente para que así alcance el estado de adulto con el mayor potencial posible y el mejor estado de salud. Invertir en salud infantil es invertir en el futuro, el niño supone el 15 % de la población, pero el 100 % del futuro. El problema es que, como no vota, no se le valora.
No se puede salvar la AP hundiendo y expulsando a los médicos de ella. Solamente colaborando e invirtiendo en estos se conseguirá mejorar la AP. Es fundamental poner en valor el acto médico.
Nuestros niños merecen ser atendidos por el profesional mejor cualificado para ello. Actualmente, hay una falta de equidad en los niños de nuestro país. Si sus padres pudieran elegir, elegirían al mejor profesional para el cuidado de sus hijos y ese no es otro que el pediatra. Y hoy por hoy ese derecho no está asegurado, por el elevado número de niños que carecen de pediatra. Según el portal de transparencia del Ministerio de Sanidad, casi un 39 %.
Tenemos como obligación fundamental asegurar y mejorar la AP, puesto que constituye los cimientos del sistema sanitario público y, si cae esta base, el resto se derrumbará en cascada.
En el foro de la AP demandamos las tres R: retribuciones, reducir consultas y reconocimiento de nuestro trabajo. Si les cuesta trabajo entenderlo se lo explico con las S: demandamos soluciones y no grupos de trabajo para cuando pasen las elecciones; subir los salarios y dejar ya los infinitos complementos utilizados para callar bocas en su momento; suprimir los sin cita que no son urgencias; y satisfacción profesional por un trabajo bien hecho y bien reconocido.
Hoy es un día festivo y estamos aquí para celebrar el Día de la Atención Primaria, eso que tanto amamos los que nos dedicamos a ella. Queremos seguir sintiéndonos orgullosos de pertenecer ella y continuar acompañando a nuestros pacientes pediátricos y a sus familias en su desarrollo, pero para ello necesitamos el apoyo de la Administración. Necesitamos que crean en la Atención Primaria, que la dignifiquen y la coloquen en el lugar que le corresponde. Para ello, necesitamos que recuerden el mensaje de las R o el de las S.