La leche materna promueve el crecimiento, el desarrollo y la salud óptimos del lactante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las madres de todo el mundo mantengan la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y continuar amamantando hasta los 2 años o más, junto con la alimentación complementaria.
Las mujeres embarazadas y en período de lactancia están expuestas a numerosos contaminantes ambientales de diversas fuentes (aire, alimentos, agua, entornos laborales y domésticos). El análisis de la exposición a más de 400 sustancias en mujeres embarazadas francesas mostró que las coexposiciones son frecuentes y estas pueden dar lugar a interacciones entre sustancias, potencialmente más perjudiciales. En el artículo se analizan diversos contaminantes presentes en la leche materna, sobre todo los liposolubles (que reflejan la exposición de la madre durante toda su vida antes del embarazo) y los metales pesados entre otros.
La evidencia disponible muestra que los contaminantes están presentes en la leche materna y una de las preguntas emergentes es qué sucede cuando el lactante se expone involuntariamente a contaminantes a través de la lactancia. La literatura disponible actualmente no proporciona una evidencia concluyente de ninguna consecuencia de salud consistente o clínicamente relevante en los lactantes expuestos a sustancias químicas ambientales a través de la leche materna. Los datos actuales sugieren fuertemente que los beneficios de la lactancia materna superan los posibles efectos nocivos de los contaminantes contenidos en la leche materna.
El Comité de Nutrición de la Sociedad Francesa de Pediatría apoya firmemente la lactancia materna, pero también pide acciones de salud pública para reducir el nivel general de contaminación en el medio ambiente, continuar promoviendo la lactancia materna y apoyar la investigación en esta área.
Ángel Martín Ruano
Pediatra de EAP. CS Miguel Armijo. Salamanca
Profesor Asociado. Facultad Medicina. Universidad de Salamanca