La pulsioximetría ha representado un avance importante y significativo en medicina. Su uso frecuente en el cuidado del paciente críticamente enfermo con enfermedad respiratoria, y en el quirófano como una herramienta de monitorización para el paciente anestesiado, ha contribuido a una atención más segura.
Sin embargo, estos autores defienden en este análisis, la posibilidad de que su creciente y generalizado uso en lactantes estables y niños pequeños con bronquiolitis, una enfermedad autolimitada y, generalmente, benigna, ha llevado a un exceso de diagnóstico de hipoxemia impulsado por la tecnología que alimenta la incertidumbre, el mayor uso de recursos y, en última instancia, daño al paciente.
Según este análisis, desde la aparición de la pulsioximetría, los ingresos por bronquiolitis se han casi triplicado, sin haberse modificado los datos sobre mortalidad en ese mismo periodo. Realiza también un análisis de 3 ensayos publicados con diferentes monitorizaciones de oxígeno en niños ingresados por bronquiolitis, con conclusiones similares.
Por tanto, este análisis nos lleva a la reflexión de que sin haber un consenso claro sobre cuales son los valores de saturación a tener en cuenta, por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría propone un oxígeno umbral de saturación del 90%, mientras que el Instituto Nacional del Reino Unido recomienda un umbral del 92%. Puede que estemos sobrediagnosticando la hipoxemia, pudiendo ser, al menos en parte, responsables del aumento de las tasas de ingreso de niños con bronquiolitis, según las últimas evidencias.
Eva Navia Rodilla Rojo
Médico Interno Residente de Pediatría. Hospital Universitario de Salamanca
