- El Trastorno de Espectro Autista (TEA) afecta en Europa a uno de cada cien niños en distintos grados.
- La detección de síntomas comunicativos extraños antes de los dos años debe despertar la sospecha de padres y pediatras
- La intervención psicoeducativa temprana es lo único que mejora la capacidad del niño
Málaga, 26 de octubre de 2018. El diagnóstico del autismo y su rapidez es uno de los retos de los pediatras. Los trastornos del espectro autista son dificultades del proceso de la comunicación de un niño con su entorno, que afecta a su capacidad de comunicar y aprender. “La detección y la intervención psicoeducativa temprana son las únicas formas de mejorar la capacidad del niños para relacionarse con su entorno” ha afirmado el doctor Fernando Mulas Delgado, Presidente de la Sociedad Valenciana de Neuropediatría, en el seno del XXXII Congreso de la Sociedad Española de Pediatría Exxtrahospitalaria y de Atención Primaria.
Un diagnóstico complejo y temprano del autismo es esencial. Actualmente la media de edad de detección es entre los 22 y los 36 meses. La detección se realiza por un conjunto de síntomas. Estos síntomas pueden suceder en el desarrollo de cualquier niño sin TEA, pero su continuidad y la aparición de otros síntomas añadidos serían motivo de alerta para un estudio en profundidad de un menor.
El autismo puede enmascararse en un retraso del lenguaje, pero un niño que no responde a su nombre con un año, se comunica señalando o que con dos años no junta dos palabras ni tiene capacidad para prestar atención conjunta a un objeto y a un interlocutor debe estudiarse si tiene un trastorno autista. Los niños con TEA carecen en muchos casos de contacto ocular, gestos comunicativos, flexibilidad mental, más curiosidad y comprensión de emociones. El TEA suele venir asociado a algunos trastornos como epilepsia, trastornos del sueño o TDAH.
Existen herramientas para poder comparar los comportamientos de un niño, Autism navigator son vídeos de niños con y sin autismo que muestran las diferentes reacciones ante un mismo estímulo.
“La intervención psicoeducativa temprana es lo único que mejora la capacidad del niño con TEA” ha afirmado en el Congreso Marcos Zamora, Presidente de la Asociación Española de Profesionales del Autismo. “El impacto del autismo en un niño afecta a diversas funciones neuropsicológicos. Eso nos va a marcar los recursos para su tratamiento. El objetivo principal debe ser que ningún niño se quede sin intervención y se trabaje con él en la mejora de sus habilidades mediante la atención temprana. Esta atención debe ser conjunta, tanto en terapia, como en clase, como sobre todo en el entorno familiar”.
Frente a un niño con TEA la intervención es lo único que funciona son programas psicoeducativos y tratamientos farmacológicos para los síntomas. En intervención temprana lo ideal es desarrollar habilidades comunicativas con sus iguales, juegos de turnos, trabajar con los niños en la familia, que mejoren la conducta del niño en el día a día. Los modelos de intervención intensivos son los que tienen mejores resultados y la familia es quien mejor puede colaborar junto con el colegio en la mejora de las habilidades del niño. Las nuevas tencologías son muy útiles para el tratamiento de niños con TEA. Su previsibilidad y su comunicación visual facilitan la interacción con los niños, si bien, igual que con otros niños, su uso debe ser racional y no obsesivo ni único.
Ni las vacunas causan el TEA ni se puede curar. El MMS y el agua hidrogenada no sirven para el tratamiento del autismo en absoluto. Estos bulos y pseudoterapias sin base científica hacen mucho daño, especialmente a familias que abandonan estás terapias y desconocen que les están tomando el pelo.
Audio del Dr Fernando Mulas Delgado