En la infancia la infección tuberculosa en muchas ocasiones presenta cultivos negativos. Además los síntomas clínicos varían si es una tuberculosis activa, está en tratamiento con isoniacida o si se ha instaurado un tratamiento precoz con 3 fármacos.
Los autores evalúan el papel de los síntomas clínicos en el diagnóstico de tuberculosis. El estudio se realiza en Sudáfrica en niños no infectados por VIH y seguidos durante 2 años por sospecha de TB. Ante la sospecha por la historia, a los niños se les realizaba determinación de Quantiferón, radiografía de tórax, y cultivo de aspirado gástrico y esputo inducido. Se reclutaron 1017 niños con sospecha de TB. De ellos 38 tuvieron un cultivo positivo y 131 una radiografía compatible con TB. Del total 655 (64,4%) tuvieron síntomas durante su seguimiento. El síntoma más común fue el fallo de medro (508). El 16,9% (172 niños) presentaron tos persistente y no emetizante., pérdida de apetito 181, sibilancias 128, pérdida de peso 32, fiebre 21 y somnolencia 12. De todos estos síntomas, la tos persistente incrementaba en más de 3 veces la posibilidad de presentar un cultivo positivo a TB. Además este síntoma era el único que diferenciaba a niños con afectación grave de los de afectación leve-moderada.
De esta forma concluyen que la tos persistente es el síntoma clave en la enfermedad tuberculosa intratorácica grave.
José Manuel Sánchez Granados
Médico Adjunto. Unidad de Críticos y Urgencias. Hospital Universitario de Salamanca