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«El pediatra debe tener en cuenta la situación del niño a nivel evolutivo y a nivel emocional»

10 Jun 2015 | Actualidad, Actualidad para Padres, Carrusel, Contenido para padres, Cursos y Jornadas

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Silvia Alava-11Oct2014-Madrid-PeqSilvia Álava Sordo es Psicóloga, Conferenciante y Escritora. Directora del Área Infantil del Centro de Psicología Álava Reyes. Acreditada por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid como Psicólogo General Sanitario. Especialista en psicología clínica y educativa; especialista en Psicoterapia, con el Certificado Europeo (EFPA).

Silvia es colaboradora en diversos medios de comunicación y autora del libro: “Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron”.

•    Blog: La Psicología es para todos los días

•    Twitter: @silviaalava

Silvia participará en el I Curso Internacional de Psicología Clínica Infantil con un taller sobre «Inteligencia Emocional: aplicaciones en la clínica infantil»

Se ha incrementado el número de casos, en los que los padres exponen que les preocupa la baja inteligencia emocional de los hijos, y quieren que se trabaje como objetivo terapéutico.

El conocimiento y la capacidad de autorregulación emocional están estrechamente relacionados con el desarrollo de la capacidad cognitiva, la competencia social y los problemas de conducta en clase.

En cuanto a la psicopatología infantil, las investigaciones muestran que esta relación se da tanto en los trastornos internalizantes (ej, ansiedad, depresión, aislamiento) como en los externalizantes (ej, agresividad, trastorno desafiante, TDAH), aunque hay diferentes patrones de asociación entre los componentes de la autorregulación y los trastornos de cada grupo.

El objetivo del taller es conocer cómo se realiza una intervención clínica en Inteligencia Emocional, conocer los procesos por los cuales el niño puede influir sobre sus propias emociones para regularlas o gestionarlas de manera adecuada y las nuevas herramientas de intervención.

Silvia ¿Qué relación debe tener el pediatra con sus pacientes?

Partimos de la base que los pacientes de los pediatras son tanto los niños como los padres. La relación del pediatra con los pacientes debe ser aconsejar, asesorar, informar y orientar sobre la  educación sanitaria. Esta labor debe hacerse a lo largo de la relación, porque habitualmente coincidirán con las familias cuando el niño este malito, pero este otro trabajo es muy importante en la prevención, no sólo en curar cuando se está enfermo. La prevención es una labor mucho más barata y nos evita muchas complicaciones tanto a los pacientes como al sistema de salud.

¿Cómo debe ser la relación del pediatra con el niño?

Debe ser una labor importante de empatía. A veces hay niños mucho más temerosos, desconfiados o introvertidos, que se enfrentan a un adulto pensando si le van a hacer daño, a pinchar, son miedos muy habituales entre los pacientes pediátricos. Hay que ponerse en la piel del paciente. También es importante distinguir la relación del pediatra con el niño en presencia o no de los padres.

Hay que tener muy en cuenta la edad de cada niño, la necesidad de cada niño y los problemas que puedan tener antes de afrontar la relación con ellos. El pediatra debe tener en cuenta la situación del niño a nivel evolutivo y a nivel emocional. Ese conocimiento del paciente nos permitirá ajustar no sólo el lenguaje con el que nos referimos a ellos, sino también si son capaces de asumir o hacer las cosas que les estamos pidiendo que hagan.

¿Conocemos bien cómo es el proceso evolutivo del niño?

Estas son unas consideraciones que sirven tanto a los pediatras como a los padres. Hay cosas que en casa les dejamos hacer, porque a lo mejor ellos se consideran ya mayores, pero a veces no son tan mayores. Un ejemplo que pongo habitualmente es el del uso de las tecnologías, que durante un tiempo debe estar siempre bajo la supervisión de un mayor. Además, hay una serie de áreas, de procesos intelectuales que los niños deben desarrollar fuera del mundo tecnológico. Un ejemplo de ello es la atención sostenida. Esta se tiene que desarrollar, y cuando un niño está delante de una tablet o un televisor, los diferentes estímulos de atención los realiza el aparato con cambios de imagen y sonido, pero eso lo debe desarrollar el menor. Es recomendable que los niños desarrollen la atención sostenida con otros tipos de juegos y actividades, además de las tecnológicas. Para ello es importante que los padres midan el tiempo que sus hijos realizan estas actividades tecnológicas.

¿Qué relación debe tener el pediatra con la familia?

La relación del pediatra con la familia debe ser siempre de confianza.  Es verdad que los niños suelen ir habitualmente cuando están malos y es difícil forjar esa relación de confianza, pero también es momento para ganársela y aconsejar a los padres y sobre todo tratar de ayudarles a despejar dudas o aclararles información que no tengan clara. Es con esa cercanía y disponibilidad, con la confianza, cuando podrán darles pautas de cómo desarrollar esa educación sanitaria. El pediatra debe también orientarles sobre os distintos procesos evolutivos básicos de los niños, sus diferentes etapas y los momentos en los que los niños deben comenzar a realizar los distintos procesos como andar, comer sólo, caminar, dejar los pañales, etc. Con ellos deben ir dándoles pautas para trabajar esos procesos básicos y de autonomía del niño  para que los padres puedan ir trabajándolos en casa.

¿Debe actuar el pediatra igual ante un niño sano o con problemas?

Es muy diferente. Por un lado está la parte de educación sanitaria en la que los pediatras deben aconsejar a los padres para un correcto desarrollo del niño en diferentes áreas y aspectos del menor. Un ejemplo es la estimulación de los niños. Los padres deben trabajar con los niños los estímulos porque afecta a su desarrollo cognitivo, pero también afecta a su desarrollo emocional.  Una parte importante del desarrollo del menor es que aprendan a manejar sus propias emociones y eso con quien mejor pueden aprenderlo es con los padres, a los que el pediatra puede asesorar. Esa es una parte en la que el pediatra muchas veces no ha sido suficientemente formado y a través de esa formación puede mejorar la calidad de su trabajo y asesorar mejor a las familias que atiende. La diferencia con un niño con algún problema es diferente. Ahí el pediatra debe acertar con el diagnóstico y llevar a cabo el protocolo adecuado al trastorno del menor.

Usted va a participar en noviembre en talleres del I Curso Internacional de Psicología Clínica Infantil ¿En qué consisten?

El curso de Granada en noviembre es previo al Congreso Nacional de Psicología Clínica y en él, antes del Congreso, se realizan unos cursos eminentemente prácticos, para personal sanitario que pueda ponerlos en práctica y en los que se desarrollan distintas áreas que pueden ser de ayuda, siempre desde un planteamiento práctico y útil. En los talleres se enseña cómo trabajar la inteligencia emocional en la infancia y en la adolescencia, porque muchas veces sucede pedimos reacciones emocionales como la empatía a menores de 4 años cuando todavía no la ha desarrollado.

 

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