La vacunación es la medida preventiva más eficaz tanto para evitar el sarampión como para paliar sus complicaciones.
Entre 1990 y 1998, la cobertura mundial vacunal se mantuvo entre el 70% y 80%. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha marcado como metas lograr la erradicación del sarampión en las Américas en el año 2003, en Europa para el 2007 y el 2010 para los países del Mediterráneo oriental.
En la actualidad la vacuna contra el sarampión se administra con la vacuna triple vírica, en la que va unida a la de las paperas y la de la rubéola. En algunos países se administra la vacuna Tetravírica, en la que se incluye, además, la vacuna contra la varicela.
Según consta en los calendarios vacunales españoles, se aconseja la vacunación con la triple vírica, a los niños y niñas, entre los 12 y 15 meses de vida, y una revacunación con la misma vacuna Triple Vírica (sarampión, paperas y rubéola) entre los 4 y 6 años, o sea en la preescolar o escolar.
Se considera que casi todas las personas nacidas antes de 1960 se infectaron de forma natural, por lo que no se les considera susceptibles. Si el resto de población, niño, adolescente o adulto, no ha pasado el sarampión o no se le han administrado sus vacunas, deben ser vacunados, salvo que tengan alguna contraindicación que la impida.
Dr. Antonio Redondo Romero
Pediatra. Alicante