El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo frecuente, ya que los últimos estudios apuntan una prevalencia de aproximadamente 1 caso de TEA por cada 100 nacimientos.
En la actualidad no es posible determinar una causa única que explique la aparición del TEA, pero sí la fuerte implicación genética en su origen. Sin embargo, la gran variabilidad presente en este tipo de trastornos apunta también a la relevancia que puede tener la interacción entre los distintos genes y diferentes factores ambientales. En este artículo tratan de examinar la asociación entre la exposición temprana a pesticidas ambientales y el desarrollo de TEA mediante un estudio de casos y controles.
Se identificaron 2961 individuos con un diagnóstico de trastorno del espectro autista incluyendo 445 con comorbilidad de discapacidad intelectual, y se establecieron los controles por sexo y año de nacimiento. Se utilizaron los datos de los registros de nacimiento de California de 1998-2010. Se seleccionaron 11 plaguicidas de alto uso para su examen de acuerdo con la evidencia previa de toxicidad para el desarrollo neurológico in vivo o in vitro.
Como resultados de este estudio, el riesgo de TEA se asoció con la exposición prenatal al glifosato (cociente de probabilidad 1.16, intervalo de confianza del 95% 1.06 a 1.27), clorpirifos (1.13, 1.05 a 1.23), diazinón (1.11, 1.01 a 1.21), malatión (1.11, 1.01 a 1.22), avermectina (1.12, 1.04 a 1.22) y permetrina (1.10, 1.01 a 1.20). Para el trastorno del espectro autista con discapacidad intelectual, las odds ratios estimadas fueron más altas (aproximadamente un 30%) para la exposición prenatal al glifosato (1.33, 1.05 a 1.69), clorpirifos (1.27, 1.04 a 1.56), diazinón (1.41, 1.15 a 1.73), permetrina (1.46, 1.20 a 1.78), bromuro de metilo (1.33, 1.07 a 1.64) y myclobutanil (1.32, 1.09 a 1.60). La exposición en el primer año de vida aumentó las probabilidades de trastorno con discapacidad intelectual comórbida hasta en un 50% para algunas sustancias pesticidas.
Por tanto, este artículo concluye que los hallazgos sugieren que el riesgo de que los hijos desarrollen TEA aumenta tras la exposición prenatal a los pesticidas ambientales a cierto rango de distancia (2000 metros de la residencia de su madre) durante el embarazo, en comparación con los hijos de las mujeres de la misma región agrícola sin esa exposición. La exposición infantil podría aumentar aún más los riesgos de trastorno del espectro autista con discapacidad intelectual comórbida.
Eva Navia Rodilla Rojo
Pediatra de Atención Primaria. Salamanca