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Fiebre por mordedura de rata fatal en un niño

12 Ene 2015 | Actualidad, Actualidad Grupo de Trabajo Actualizaciones Bibliográficas, Carrusel

Fatal Rat-Bite Fever in a Child — San Diego County, California, 2013. Adam JK, Varan AK, Pong AL, McDonald EC. MMWR. 2014;63 (50): 1210-11

Rats love toes  by Miranda in Flikr CC BY-NC-ND 2.0En agosto de 2013 se notificó en San Diego un caso fatal de fiebre por mordedura de rata (RBF) en un varón previamente sano, de 10 años, que era dueño de mascotas ratas. Dos días antes de su muerte, el paciente experimentó escalofríos, fiebre, vómitos, cefalea y dolores de piernas. Su médico observó una fiebre de 39.2ºC con exploración física normal y le diagnosticó una gastroenteritis viral. Durante las siguientes 24 horas, el paciente presentó vómitos y fiebre persistente. Estaba confuso y débil antes de perder la conciencia en casa. Los paramédicos iniciaron la RCP inmediatamente y se continuó durante más de 1 hora después de llegar al servicio de Urgencias, pero no tuvo éxito.

El hemograma realizado durante la reanimación reveló anemia de 10,0 g/dl, trombocitopenia de 40.000/l, leucocitosis de 17.900/l con 16% de cayados; también se evidenciaba coagulación intravascular diseminada. No se observó exantema ni puerta de entrada cutánea. Muestras de tejido pulmonar, hepático y de epiglotis recogidas postmortem fueron positivas para ADN de Streptobacillus moniliformis por reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

Durante los 10 días antes de su muerte el paciente había conseguido su segunda rata mascota; se detectó S. moniliformis por PCR en el tejido orofaríngeo de esta rata. Muestras orofaríngeas de la primera rata fueron negativas para S. moniliformis por PCR. El informe de la autopsia señaló que el paciente había sido arañado por sus ratas mascotas.

RBF es una enfermedad sistémica de los humanos causada principalmente por S. moniliformis, una bacteria gram-negativa que es comensal entre las ratas. El organismo puede ser transmitido a los seres humanos a través de mordeduras o arañazos de roedores; aproximadamente uno de cada 10 mordeduras pueden causar la infección. La infección también puede ocurrir después de manejar roedores infectados sin mordedura ni arañazo, o a través de la ingestión de alimentos o agua contaminados con la bacteria. Los síntomas incluyen fiebre, exantema, vómitos, y dolores musculares o articulares. RBF se trata con antibióticos; aproximadamente el 13% de RBF no tratadas son fatales.

Casi todas las ratas domésticas y salvajes portan S. moniliformis. Se estima que 0,1% de los hogares estadounidenses poseían una o más ratas como mascotas durante el año 2011. En San Diego durante 2000-2013 se identificaron 17 casos: la edad media de los pacientes fue de 10 años (rango = 4-67 años); 59% de los pacientes eran mujeres, y el 65% eran sanos. La mayoría de las infecciones (94%) fueron asociadas a mascota; un paciente tuvo una exposición ocupacional. Dieciséis de los 17 pacientes informaron de la exposición a ratas. De éstos, el 44% solo reportó haber manejado una rata, un 38% haber sido mordidos, y el 13% informó de un rasguño. A todos los pacientes se les extrajo hemocultivo; sólo el 29% dio positivo para S. moniliformis; el resto fueron tratados por sospecha de RBF sobre la base de la exposición y presentación clínica. Todos sobrevivieron, excepto el presente caso descrito.

RBF es una enfermedad rara pero potencialmente fatal que debe ser considerada en personas con exantemas, fiebre y dolor en las articulaciones cuando existe historia de exposición a roedores. Los médicos que sospechen infección por S. moniliformis deben alertar pronto al personal de laboratorio porque el diagnóstico microbiológico es difícil, ya que requiere medios y condiciones de incubación específicos. Debido a que la rápida confirmación de laboratorio podría no ser posible, debería considerarse el tratamiento empírico de RBF en el marco de una historia de exposición compatible.

Los dueños de ratas mascotas deben usar guantes y lavarse las manos bien después de manipular ratas o limpiar sus jaulas, evitar sus secreciones, y buscar asistencia médica inmediata si presentan síntomas de RBF después del contacto con ratas.

Javier López Ávila
Pediatra de EAP. CS San Bernardo Oeste. Salamanca
Urgencias de Pediatría. Hospital Universitario de Salamanca
Profesor Asociado de Pediatría. Universidad de Salamanca

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