La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel genéticamente determinada que cursa en forma de brotes en los que la piel se inflama, apareciendo eccemas que producen mucho picor. Por desgracia no tiene un tratamiento curativo definitivo. Para combatirla e intentar disminuir los brotes se deben seguir unas pautas dirigidas a mantener un correcto cuidado e hidratación de la piel y evitar los factores irritantes que la desencadenan.
La dermatitis atópica suele presentarse en épocas tempranas de la vida
Aunque es un problema que también puede afectar a adultos, la dermatitis atópica suele debutar en la infancia, generalmente antes de los 2 años de edad. Es frecuente que se mantenga a lo largo de toda la vida, aunque suele cambiar la forma en cómo se manifiesta.
¿Cómo se presenta esta enfermedad en niños?
Aunque puede aparecer casi en cualquier zona de la piel, las lesiones eccematosas se ven con más frecuencia en las flexuras, sobre todo en los codos y rodillas. El síntoma más frecuente y que más afecta a la calidad de vida es el prurito, que, además, provoca muchas veces alteraciones del sueño y el comportamiento.
Los niños con dermatitis atópica, probablemente debido al fallo de la función barrera de la piel, padecen con más frecuencia infecciones, como el molusco contagioso, el virus del herpes simple o las verrugas.
No es necesario realizar pruebas alérgicas
El eccema de la dermatitis atópica no está provocado por una alergia a una sustancia o un alimento determinado, por este motivo no es necesario realizar a los niños ninguna prueba para descartar alergias ni tampoco se debe restringir ningún alimento en particular.
¿Qué factores contribuyen a su desencadenamiento?
El exceso de sudoración puede contribuir a aumentar el riesgo de inflamación de la piel, así como aumentar el riesgo de infecciones, al favorecer la maceración de la piel por exceso de humedad, sobre todo en la zona de los pliegues.
Aparte de factores como el calor, las infecciones y los irritantes químicos, la tensión emocional también puede precipitar un brote. Tal es así que es habitual que los niños con dermatitis atópica reconozcan tener peor la piel cuando están atravesando alguna circunstancia que les produce ansiedad o estrés, pudiendo llegar a necesitar apoyo psicológico en los casos más graves.
¿Qué recomendaciones deben seguir los niños con piel atópica en su vida diaria?
Los niños con dermatitis atópica no deben limitar su práctica deportiva, pero sí es mejor que eviten sudar en exceso mientras la realizan y ducharse tras finalizar. Se aconseja hacer una correcta hidratación durante
la práctica deportiva, usar ropa que permita la transpiración y no retenga la humedad y evitar los ambientes muy calurosos.
Los niños con dermatitis atópica deben seguir una serie de recomendaciones en verano. Es necesario que antes de tomar el sol utilicen un fotoprotector específico para pieles atópicas y deben evitar exposiciones muy prolongadas al sol. Respecto a los baños en la playa o la piscina, es mejor que sean de corta duración y deben ducharse inmediatamente después para eliminar todo posible rastro de cloro o salitre de su piel. Es recomendable que posteriormente se apliquen su producto emoliente habitual para reponer el manto lipídico de la piel.
Los niños que padecen dermatitis atópica pueden ducharse a diario, pero deben utilizar productos adecuados para su tipo de piel, así como realizar duchas cortas con agua tibia. Se debe tener cuidado a la hora de secar la piel, intentando no frotarla para que no se irrite.
El uso de maquillajes puede dar problemas en la piel de los adolescentes con dermatitis atópica porque sus componentes pueden ocluir los poros y la piel se puede irritar por los colorantes o excipientes artificiales que contienen. Por este motivo, a la hora de maquillarse siempre se deben elegir productos específicos para este tipo de piel y tener cuidado a la hora de cómo aplicarlos, utilizando preferiblemente esponjas suaves.
¿Cómo se debe actuar cuando un niño atópico sufre un brote de dermatitis atópica?
Para una mejora en la calidad de vida del niño, su cuidador debe conocer las medidas útiles para el cuidado de su piel y cómo actuar en caso de sufrir un brote.
En el tratamiento de los brotes puede ser necesario utilizar corticoides tópicos para tratar la inflamación de la piel, antihistamínicos orales para calmar el picor y antibióticos en caso de que exista una sobreinfección.
Parece que a través de la actuación en la microbiota intestinal se puede mejorar el estado de la piel. Aunque el uso de probióticos en niños con dermatitis atópica todavía no está bien establecido, existe evidencia científica que señala que la microbiota intestinal en niños que sufren dermatitis atópica es diferente al resto. Existen publicaciones que apoyan el uso de probióticos en dermatitis atópica moderada o severa como tratamiento coadyuvante porque pueden lograr disminuir el número de días que precisan tratamiento con corticoides.
¿Existe alguna recomendación específica para este grupo de niños a la hora de aplicar una vacuna?
De forma general no existen contraindicaciones para aplicar ningún tipo de vacuna a niños con dermatitis atópica, excepto en el caso de que el niño esté recibiendo una medicación que tenga efecto inmunosupresor por presentar un brote agudo grave. A veces se produce un leve empeoramiento de las lesiones tras la administración de una vacuna, que suele ser transitorio. Hay que tener la precaución de aplicar la vacuna en una zona de la piel que no esté inflamada.