La disbiosis es un desequilibrio de la composición microbiana local que puede definirse por la pérdida o ganancia de bacterias que promueven la salud o la enfermedad, respectivamente. Una hipótesis emergente postula que la disbiosis aumenta el riesgo de enfermedades inflamatorias crónicas, incluida el asma. La microbiota de las vías respiratorias superior e inferior son dos entornos que albergan diferentes tipos de bacterias comensales y, consecuentemente, diferente composición bacteriana disbiótica. Es importante destacar que en los asmáticos se pueden encontrar disbiosis de las vías respiratorias inferiores y superiores. Varios factores internos y externos pueden conducir a la disbiosis de la microbiota de las vías respiratorias. Una vez establecida, la disbiosis de las vías respiratorias induce una respuesta inmune local y sistémica, creando así un circuito de retroalimentación donde las células inmunes locales y la microbiota se cruzan entre sí.
El objetivo de este estudio fue evaluar los determinantes clínicos de la disbiosis de las vías respiratorias superiores y su efecto sobre el perfil inflamatorio nasal y el riesgo de asma en niños pequeños con rinosinusitis crónica.
Se reclutaron 133 niños, de cuatro a ocho años de edad, con rinosinusitis con o sin asma. Se realizaron los siguientes procedimientos en todos los participantes: cuestionario de calidad de vida nasal y sinusal estandarizado cara a cara, prueba de punción cutánea, prueba de percepción del gusto, hisopado nasofaríngeo y muestreo de la mucosa nasal. La disbiosis de las vías respiratorias superiores se definió por separado por la composición del microbioma específico del asma y la reducción de la biodiversidad.
La composición del microbioma de las vías respiratorias superiores específica para el asma reflejada por la proporción disminuida de Patescibacteria/Actinobacteria independientemente de la atopia aumentó el riesgo de asma. Esta composición de microbioma específica para el asma se asoció con un consumo de dulces ≥ 7/semana, biodiversidad reducida, la presencia de cepas de Staphylococcus en la nasofaringe y menor expresión de beta-defensina 2, IL-5 e IL-13 en la mucosa nasal. La biodiversidad reducida se asoció con el uso frecuente de antibióticos y con una mayor expresión nasal de IL-17 y T1R3 (receptor de sabor dulce). En los niños asmáticos, se observó una percepción reducida del sabor dulce.
Como conclusiones este artículo presenta que la disbiosis específica de las vías respiratorias superior relacionada con el consumo frecuente de dulces, los ciclos frecuentes de antibióticos y la función inmunitaria nasal alterada aumentan el riesgo de asma en los niños pequeños con rinosinusitis crónica.
Eva Navia Rodilla Rojo
Pediatra de Atención Primaria de Salamanca