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La Sanidad Canaria presenta un estudio sobre el impacto del ruido ambiental en la salud auditiva de los adolescentes

23 Abr 2014 | Actualidad, Contenido para padres

La Consejería de Sanidad del Gobierno Canario, a través de la Dirección General de Salud Pública, ha presentado  el Proyecto de Investigación realizado por la Fundación Dr. Barajas sobre la Evaluación del impacto del ruido ambiental en la salud auditiva durante la adolescencia, cuyo objetivo ha sido determinar el nivel de ruido de las diferentes actividades relacionadas con el ocio durante la adolescencia capaces de inducir una pérdida auditiva permanente.
Según este estudio, en cuya elaboración han colaborado la Dirección General de Salud Pública, la Dirección General de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa y La Universidad de La Laguna, el 73,5% de los adolescentes de Canarias están  expuesto a un nivel de ruido inferior a los 85 decibelios, valor a partir del que se produce daño, pero el 26,5% se encuentran en una situación de riesgo de sufrir daño auditivo permanente.
Uno de los objetivos de este proyecto es concienciar a los jóvenes, familias y a la población en general, del riesgo auditivo en el que pueden encontrarse, así como proponer comportamientos protectores seguros para minimizar el ruido ambiental, como pueden ser conocer qué ruidos pueden causar más daño, bajar el volumen de los sonidos a niveles que no produzcan lesión, o consumir productos sonoros que velen por la protección auditiva.
La página web del Programa de exposición al ruido social en adolescentes, http://www.perusa.es/ incluye un test de audición y aplicaciones para descargar en el móvil sonómetros que permiten detectar el ruido existente en el entorno.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que 360 millones de personas  en el mundo (328 millones de adultos y 32 millones de menores) presentan  pérdida de audición discapacitante, lo que corresponde al 5% de la población mundial, siendo la lesión sensorial más prevalente a nivel global.
Este tipo de defecto puede estar causado por múltiples factores, entre los que destacan: factores congénitos, infecciones generalizadas, que pueden afectar indirectamente a la audición, o las propiamente las  infecciones crónicas del oído medio que dejan secuelas permanentes, o bien, traumatismos craneoencefálicos, el propio envejecimiento, pero también pone el punto de alerta en aquellos defectos auditivos motivadas por la exposición al ruido ambiental excesivo.
La OMS advierte igualmente que la mitad de todos estos casos de pérdida auditiva pueden ser prevenibles, lo que justifica la necesidad de concienciar a las personas para que minimicen el riesgo en la medida de sus posibilidades.
La Consejería de Sanidad a través del Servicio Canario de la Salud tiene desde hace años establecido un sistema de detección precoz de la sordera a través del Programa de detección auditiva neonatal, que trata de diagnosticar las alteraciones congénitas. En los años posteriores al nacimiento también atiende a este problema auditivo en los controles de salud durante la etapa de infancia-adolescencia, dentro del Programa de Salud Infantil.

 Riesgo de sordera por exposición al ruido ambiental

La exposición al ruido ambiental, tanto en el trabajo como en las actividades recreativas, influye negativamente en la salud auditiva de las personas. Es preciso sensibilizar a la población sobre este riesgo, haciendo especial hincapié en los jóvenes y sus familias, para mejorar el conocimiento y que perciban el peligro, tomen precauciones como limitar el tiempo de exposición, eviten el acceso a lugares con mucho ruido o con músicas con excesivo volumen, así como que insistan en las medidas de protección mediante uso de dispositivos de defensa, y favorecer la detección precoz de la limitación auditiva.
Las actividades de ocio en donde el ruido forma parte de la misma, bien a través de dispositivos tan popularizados como los reproductores de música portátiles (como los MP3) con auriculares, o como la exposición a sonidos a gran volumen, como el que se emite en conciertos, discotecas, o salas de cines, han tenido una gran aceptación en los adolescentes y jóvenes en las últimas décadas.
Esa exposición a sonido a gran volumen está teniendo, según las investigaciones realizadas, un efecto en la salud auditiva que repercutirá a largo plazo en este grupo de población, con síntomas como la distorsión acústica, acúfenos o tinnitus (zumbido en los oídos), hiperacusia, o cambios del umbral auditivo, entre otros. La pérdida auditiva inducida por el ruido persistente tiene una presentación lenta de carácter gradual cuyas consecuencias son permanentes y acumulativas a lo largo de la vida.
Los niveles de ruido se miden en decibelios (dB). A mayor nivel de decibelios más fuerte es el ruido, siendo el valor a partir del cual se produce daño los sonidos de más de 85 dB. La exposición continuada a ruidos superiores a 85 dB, puede causar pérdida de audición permanente.
Esta merma auditiva está motivada por el daño producido sobre las estructuras sensibles del oído interno que son las células sensoriales, que convierten la energía del sonido en señales eléctricas para posteriormente ser procesadas en el cerebro que interpreta el sonido recibido. Por lo tanto, para evitar alteraciones en la salud auditiva hay que tener en cuenta tanto la intensidad del ruido como la duración de la exposición al sonido elevado.
La pérdida de audición producida por el ruido limita la capacidad para oír los sonidos de alta frecuencia, o entender una conversación si se está en un ambiente de ruido, lo que afecta a la capacidad de comunicación. Es importante tener en cuenta que una vez que se efectúa el daño permanente de la audición, no es posible restaurarla, por lo que la prevención del desgaste auditivo es el único tratamiento.

Programa de exposición al ruido social en adolescentes

El trabajo que hoy se presenta, desarrollado por la Fundación Doctor Barajas, analiza las diferentes actividades que realizan los adolescentes de Canarias en relación a la exposición al ruido social derivado de las actividades de ocio, sobre una muestra de 219 jóvenes de edades comprendidas entre 12 y 18 años, con una representación similar para ambos sexos, distribuido en todas las islas con una participación variable y realizado en diferentes centros educativos.
Se efectúa un análisis de la distribución del ruido según los grupos de edad y sexo. No se encuentran diferencias significativas entre la exposición del ruido en los adolescentes entre las provincias ni en las distintas islas, estando el 73,5% de los adolescente expuesto a un nivel de ruido inferior a los 85 dB, pero el 26,5% se encuentran en una situación de riesgo. Las fuentes de ruido son muy diversas destacando que durante la semana, el mayor tiempo lo utilizan para escuchar televisión.
Para acceder al contenido del trabajo y a las aplicaciones de interés general se ha elaborado una página web: http://www.perusa.es/ y de ese modo difundir el Programa de exposición al ruido social en adolescentes, para tratar de sensibilizar a la población. La página está planteada de una forma dinámica, donde se va informando a los adolescentes sobre los riesgos que, para su salud auditiva, supone la exposición a un elevado grado de decibelios, que repercutirán sobre su audición en la edad adulta.
Una vez planteada la realidad de la contaminación acústica a la que todos podemos encontrarnos expuestos, se ofrecen recomendaciones prácticas para la adquisición y el buen uso de productos de consumo habitual, como son los auriculares, o la música ambiental con gran intensidad. También se recomiendan instrumentos de medida (sonómetro) para comprobar si por ejemplo, la música que se está escuchando se encuentra por debajo del umbral aceptado y por lo tanto, existe un menor riesgo de daño auditivo.
En la página se aporta información sobre el tiempo de escucha de la música de forma segura, dependiendo del grado de decibelios a los que ésta se emite, además de ofrecer información de aquellas situaciones en las cuales se debe consultar, para hacer una valoración acústica.
En aquellos casos especiales en donde existe de modo habitual una exposición a sonidos con cierto grado de riesgo, propone un Test de audición, que puede ser útil para realizar una valoración doméstica, que posteriormente ha de confirmarse, en los casos en los que se detecte una pérdida auditiva.
Existe también un apartado para las familias, en donde se analizan cuestiones a través de las cuales se pretende que tomen conciencia del ambiente de ruido en el que se desenvuelven sus hijos e hijas, y se aportan consejos para la vigilancia y control, puesto que de ello dependerá la salud auditiva de los menores.

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