Roca A, Jarque P, Gomila I, Marchel E, Tittarelli R, Elorza MA, Sanchis P y Barceló B. Características clínicas y factores de riesgo asociados a la exposición prenatal a drogas de abuso. An Pediatr (Barc). 2021 Nov;95(5):307-320. doi: 10.1016/j.anpede.2020.08.013
La prevalencia de la exposición prenatal a drogas de abuso es difícil de establecer. Este estudio tiene como objetivos describir las características clínicas y conocer los factores de riesgo asociados a la detección precoz de recién nacidos expuestos a drogas en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCIN) e Intermedios Neonatales (UCMN).
Se trata de un estudio observacional y prospectivo realizado en un Centro de Nivel IIIB. Se incluyeron casos de sospecha por presentar factores sociosanitarios de riesgo, casos de sospecha por la clínica y casos sin criterios de sospecha cuyas madres aceptaron participar en el estudio mediante consentimiento informado. El consumo de drogas de abuso se determinó mediante el estudio de meconio de las primeras 24 horas. Se incluyeron 372 recién nacidos, 225 (60,5%) mayores de 34 semanas, 136 (36,4%) entre 28-34 semanas y 11 (3%) menores de 28 semanas. En 49 casos (13,2%) se detectó exposición a drogas de los cuales 39 (79,6%) eran mayores de 34 semanas; es por esto que en este subgrupo se realizó un análisis estadístico individualizado. En 41 casos (83,7%) se detectó una sola droga: 24 (58,5%) cannabis, 11 (26,8%) etilglucurónido como marcador de alcohol y en 6 (14,6%) cocaína. En 8 casos (16,3%) se detectó más de una droga. Fueron 64 los casos con sospecha clínica de los que 36 (56,6%) fueron positivos, mientras que de 308 (82,8%) casos sin sospecha clínica solo 13 (4,2%) tuvieron un resultado positivo.
El estado de exposición se relacionó con una mayor puntuación de Apgar al minuto y a los cinco minutos en expuestos a alguna droga, y a cannabis, en comparación con los no expuestos. El percentil de longitud al nacimiento de los expuestos a alguna droga (29,0 [9,0-52,5]), a más de una (10,0 [3,0-43,8]) y a cannabis (25,0 [8,0-49,5]) fue menor que los no expuestos (44,0 [21,0-72,0], p < 0,05). Al alta, el percentil del perímetro craneal de los expuestos a alguna droga (22,0 [10,0-45,0]) y a más de una (3,0 [1,0-50,0]) fue menor que los no expuestos (40,0 [19,0-62,0]), p < 0,05). El motivo de ingreso más frecuente en neonatos expuestos fue el consumo materno de drogas (36,7%). El estado de exposición se asoció a una menor necesidad de surfactante (10,8% vs. 0%, p < 0,05) y de ventilación mecánica no invasiva (VMNI) (40,2% vs. 18,4%, p < 0,05). En mayores de 34 semanas se observó una menor necesidad de VMNI (21% vs. 2,6%, p < 0,05) y de sonda nasogástrica (33,9% vs. 10,3%, p < 0,05) en los expuestos que en los no expuestos. Aunque no se obtuvieron datos significativos, destaca el porcentaje de malformaciones genitourinarias en neonatos expuestos a más de una droga (25% vs. 5,9%, p = 0,085), en relación a los no expuestos. Existen factores de riesgo independientes asociados a presentar un análisis toxicológico positivo: motivo de ingreso distinto a prematuridad (OR 5,52 [2,55-1,93]), percentil de longitud menor a 33 (1,95 [1,05-3,60]) y Apgar al minuto mayor a 7,5 (3,28 [1,50-7,21]). Este último podría justificarse porque los neonatos no expuestos ingresaron probablemente por patologías más severas y con un mayor grado de prematuridad. En los mayores de 34 semanas se identificaron como factores de riesgo: motivo de ingreso por distocia social/embarazo no controlado (4,47 [1,03-19,29]), y de nuevo un Apgar al minuto mayor de 7,5 (3,38 [1,33-8,54]) y un percentil de longitud al nacimiento menor de 33 (2,14 [1,04-3,04]).
El trabajo presenta una serie de limitaciones tales como la no inclusión de un grupo control, no considerar el análisis de la exposición al tabaco y conocer que el meconio sólo es muestra de consumo materno del segundo y tercer trimestre.
Existen factores de riesgo y alteraciones somatométricas que pueden ayudar a la detección precoz y a reforzar la sospecha clínica de una exposición prenatal a drogas de abuso. Esto nos permitirá un manejo clínico más preciso y realizar las intervenciones sociales presentes y futuras que esta situación conlleva.