¿Qué es el “tiempo de pantalla”?
Es el tiempo que se invierte delante de una pantalla, ya sea TV, ordenador, tablet o móviles.
Un tiempo excesivo delante de las pantallas repercute directamente en la salud de nuestros hijos
Suele tener como consecuencia un excesivo sedentarismo, un descanso inadecuado e insuficiente y una alimentación con exceso de calorías, azúcares y grasas. Esta combinación favorece el sobrepeso y la obesidad, repercutiendo de manera importante en su calidad de vida.
No usar pantallas 1 hora antes de dormir, ni disminuir horas de sueño por el uso de pantallas
La luz artificial de las pantallas interfiere en la producción de melatonina, dificultando la conciliación del sueño, impidiendo que tengan un descanso de calidad y con horas de sueño suficientes, lo cual repercute de forma directa en su salud física (se asocia a desarrollo de obesidad, diabetes…) y a su salud mental (menor rendimiento).
Limitación del tiempo de exposición en función de la edad
Es necesario para la salud física y mental de nuestros hijos poner un límite al uso de pantallas en función de la edad:
- < 2 años: no pantallas, exceptuando videoconferencias con familiares.
- 2-4 años: entre media y 1 hora al día.
- 5-17 años: máximo 2 horas al día.
Las comidas libres de pantallas
Se come más y de manera inconsciente cuando estamos frente a una pantalla y, además, interfiere en la comunicación con el resto de miembros de la familia. Es importante aprovechar el tiempo de comida para enseñarles a comer, a comportarse en la mesa, para hablar y compartir las experiencias del día a día.
Los dormitorios infantiles libres de pantallas
Los dispositivos conectados a internet se deben usar en zonas comunes de la casa, de esta manera podemos vigilar su uso, asegurarnos de que sea correcto y que no interfiere con el descanso nocturno.
Conectados con seguridad
Es importante el uso de aplicaciones de control parental y es mucho más útil si va unido al acompañamiento de los padres, guiando a sus hijos en contenidos adecuados para cada tramo de edad y dándoles poco a poco autonomía.
Conectados con calidad
Las familias y los educadores deben enseñar a los menores a consultar en fuentes fiables y a corroborar la información.
“El ejemplo tiene más fuerza que las reglas”
De nada sirve todo lo anterior si no son los padres los que enseñen a sus hijos con su ejemplo.