Se denomina “sobrediagnóstico” al hecho de detectar correctamente una anormalidad, cuando esa detección no produce ningún beneficio al paciente, e incluso puede dañarlo.
Los autores realizan una revisión de este fenómeno, cada vez más estudiado en población adulta, pero sin estudios en pediatría. Revisan los métodos de investigación que pueden demostrar cuando existe sobrediagnóstico: e
n primer lugar mediante estudios randomizados de pruebas de cribado, si la población cribada muestra mayor incidencia de la enfermedad pero no hay diferencias con la población control en morbi-mortalidad; en segundo lugar en las patologías que se compruebe que el diagnóstico retrasado no produce daño al paciente; en tercer lugar si se incrementa la incidencia de una enfermedad sin que ese aumento diagnóstico se acompañe de cambios en morbimortalidad.
Asimismo los autores revisan como puede ser el sobrediagnóstico dañino: a nivel físico, psicológico, económico, y del sistema de salud.
Por último se reflexiona sobre los promotores del sobrediagnóstico: los sistemas de incentivos profesionales, la influencia de la industria y la creencia social de que cualquier diagnóstico precoz es siempre beneficioso.
Los autores concluyen que el pediatra debe recordar que el primer punto de su trabajo ha de ser no causar daño.
Teresa de la Calle Cabrera
Pediatra de Área. CS Tamames. Salamanca
Urgencias de Pediatría. Hospital Universitario de Salamanca