Ante el secuestro de más de doscientas niñas en Nigeria el pasado 15 de abril, la Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) quieren hacer público el siguiente comunicado:
- Expresar nuestra repulsa por estos secuestros, torturas, trato vejatorio y violaciones de más de doscientas niñas, que constituyen un acto inhumano de violencia dirigido hacia personas indefensas y en etapas vulnerables de su desarrollo.
- Manifestar que estos actos de crueldad contra mujeres en la edad infantil tienen la finalidad de amenazar su escolarización, su desarrollo como persona y la de mantener su sometimiento a formas inaceptables de esclavitud hacia los hombres, queriendo tergiversar supuestas motivaciones culturales o religiosas.
- Ante ello, queremos mostrar nuestro rechazo a cualquier justificación ideológica o cultural que sus secuestradores quieren dar a estos crímenes.
- Manifestar que estos hechos atentan inequívocamente contra los derechos humanos y especialmente contra los derechos de la infancia, promulgados por Naciones Unidas.
- Reclamar la puesta en marcha de las medidas eficaces que las autoridades locales y los países desarrollados deban adoptar para conseguir la liberación y el necesario tratamiento de las víctimas, así como la detención de sus agresores.
- La Comunidad Internacional debe reaccionar con toda la energía necesaria en defensa de la infancia, de sus derechos más elementales y de su dignidad como persona, de la misma forma que reacciona ante otras formas de terrorismo que atentan contra la humanidad.
- Pedir a todas las organizaciones culturales, políticas y religiosas de Nigeria y de los países de la zona, que se desmarquen de los autores de estos crímenes y rechacen sus posibles argumentaciones.
- Solicitar de las autoridades españolas que desarrollen todas las acciones internacionales que estén a su alcance para conseguir su liberación, con la misma intensidad como si se trataran de niñas españolas; porque estos crímenes contra la infancia no nos pueden ser ajenos y nos interpelan a nuestra propia moral y a nuestra ética como sociedad.
- Pedir a todas las personas que se posicionen por la defensa de los valores y los derechos de la infancia.
Como sociedad profesional al servicio de la salud y la protección de la infancia en situación de especial vulnerabilidad, no podemos dejar de expresar nuestra preocupación por la situación de estas niñas y lo que ello implica, y así lo hacemos público.