La obesidad (IMC ≥ 2 DS) constituye un problema de salud pública a nivel mundial; es una verdadera epidemia de este siglo y, desafortunadamente, afecta de manera alarmante a la población infanto-juvenil. Su prevalencia en España está en torno al 10 % según la última Encuesta Nacional de Salud de 2017, si bien hay un 17 % de niños de 2 a 17 años con sobrepeso (IMC > 1 DS y < 2 DS), es decir, casi un 30 % de la población pediátrica tiene un exceso de peso, y esto se asocia a un mayor riesgo cardiovascular y mortalidad en los adultos, de ahí la importancia de su prevención y tratamiento.
Su diagnóstico se basa en la historia clínica, preguntando por aquellos aspectos que hayan podido influir en la aparición y perpetuación del cuadro, una exploración física con determinación de la antropometría que nos orienta sobre la gravedad del problema, exámenes complementarios, en los que se incluyen analíticas en busca de comorbilidades, y, en su caso, en su caso estudio ecográfico correspondiente. Su tratamiento incluye medidas a nivel de AP, preventivas e instrucción sobre la correcta alimentación, actividad física y apoyo psicológico. Hay que conocer además las indicaciones de derivación a Atención Especializada.