La Neumología centrará los dos primeros números de Pediatría Integral de 2016. En esta primera entrega, la editorial tocará el tema del Síndrome de desgaste profesional. La directora de la revista, la Dra. Inés Hidalgo habla del síndrome de desgaste profesional (SDP), síndrome de estar quemado por el trabajo o síndrome de burnout (término inglés), descrito en 1974 por Freudenberger. «Síndrome que se caracteriza por la presencia de altos niveles de agotamiento emocional, endurecimiento personal o despersonalización y baja realización personal». Para prevenir el SDP médico, son necesarias intervenciones basadas en la evidencia, no solo para abordar los factores ambientales que influyen, sino también para enseñar a los médicos a cuidar de sí mismos y ser más resiliente.
Además de este tema transversal e interesante para todo profesional sanitario, se abordan los temas de neumología de formación continuada correspondientes a este número. El primero habla de Tos crónica en Pediatría. El pediatra de Atención Primaria se enfrenta a diario con la tos en la consulta. Las infecciones de vías respiratorias superiores son el motivo de visita más frecuente por patología aguda y la tos el síntoma peor tolerado por los niños y sus familias. La persistencia de la tos, a pesar de que habitualmente tenga escasa gravedad, genera mucha angustia en los padres y un alto consumo de recursos sanitarios, habitualmente injustificados. El objetivo es diferenciar cuidadosamente las toses recidivantes, que acompañan a los procesos infecciosos de los niños con intervalos asintomáticos, de aquellos cuadros clínicos que definiremos como tos crónica o persistente, que se caracteriza por una evolución superior a cuatro semanas. El artículo propone un protocolo diagnóstico para intentar llegar al diagnóstico etiológico de la tos persistente, diferenciándola en tos persistente, específica o secundaria a una patología de base, o tos inespecífica o idiopática.
También se abordarán las Infecciones víricas del tracto respiratorio inferior, El VRS constituye la causa más importante de infecciones de las vías respiratorias bajas en lactantes y niños menores de 2-3 años. La mayoría de infecciones víricas respiratorias muestran un claro predominio de incidencia estacional, detectándose de forma fundamental durante los meses fríos del año. En general, no son procesos graves, ya que únicamente ocasionan fallecimientos en niños de corta edad con enfermedades cardíacas o respiratorias de base; no obstante, son una causa frecuente de atención médica y de ingreso hospitalario, sobre todo, las infecciones por virus respiratorio sincitial en lactantes y la gripe durante los meses epidémicos de cada invierno. Los virus respiratorios dan lugar a dos síndromes clínicos principales en las vías respiratorias inferiores: bronquiolitis y neumonía, con existencia de solapamiento y cuadros mixtos o intermedios entre ellos y, también, con la afectación de la laringe y la traquea. Ninguno de estos cuadros clínicos está asociado a un solo virus respiratorio, aunque cada uno de ellos se relaciona de manera clara con uno o varios agentes etiológicos.
En el siguiente artículo se trata la Bronquitis y bronquiolitis. La bronquiolitis es un síndrome clínico que ocurre en niños menores de 2 años y que se caracteriza por síntomas de vía aérea superior, seguidos de infección respiratoria baja con inflamación, que resulta en sibilancias y/o crepitantes. Ocurre típicamente en infecciones virales. El diagnóstico es fundamentalmente clínico, no siendo necesaria la realización sistemática de exámenes complementarios. El tratamiento se basa en medidas generales y de soporte, como la hidratación y la oxigenoterapia. Aunque no se recomienda usar de forma rutinaria, puede estar indicada una prueba terapéutica con broncodilatador inhalado. El suero salino hipertónico inhalado ha demostrado relativa eficacia. El tratamiento con corticoides no está justificado. La utilización de oxigenoterapia de alto flujo y/o CPAP evita la intubación endotraqueal en muchos niños con bronquiolitis grave. La bronquitis es la inflamación de la tráquea, bronquios y bronquiolos. La bronquitis aguda es de causa mayoritariamente viral y de curso autolimitado. La bronquitis crónica se asocia a patología respiratoria de base y aspiración de cuerpo extraño. La bronquitis bacteriana persistente es una causa habitual de tos prolongada, de diagnóstico clínico y con tratamiento eficaz.
Otro tema a tratar es la Neumonía y neumonía recurrente.La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es una enfermedad infecciosa del parénquima pulmonar, frecuente en la infancia y, en la mayoría de los casos, será diagnosticada y tratada desde la Atención Primaria. En la última década, han disminuido los ingresos hospitalarios tras la introducción de la vacunación antineumocócica. El S. pneumoniae sigue siendo el principal agente etiológico (40% de los casos). M. pneumoniaey C. pneumoniae son las principales causas de neumonía atípica y no son tan poco comunes en los preescolares como se creía. Los virus son la causa más frecuente en menores de un año. En la mayor parte de NAC, los hallazgos clínicos, la edad del niño y la estación del año serán suficientes para hacer el diagnóstico e instaurar un tratamiento correcto, sin necesidad de pruebas complementarias (reactantes de fase aguda, test microbiológicos y radiografía). Hay nueva evidencia de que el tratamiento de elección es la amoxicilina oral en la mayoría de las NAC bacterianas, en la comunidad y en el hospital, salvo que haya complicaciones.Considerar el diagnóstico de neumonía recurrente (NR) ante 2 episodios de neumonía en un mismo año o 3 episodios en total. En la mayoría de los casos de NR, existe una causa identificable y la localización de los diferentes episodios orienta sobre la etiología.
También se abordan las Malformaciones congénitas de las vías respiratorias inferiores.Las malformaciones congénitas de las vías respiratorias inferiores (MCVRIs) son un grupo heterogéneo de enfermedades producidas por una alteración en algún momento del desarrollo embrionario de los pulmones y de la vía aérea. El pronóstico de todas estas malformaciones dependerá fundamentalmente de la precocidad del diagnóstico y del tamaño de la anomalía. Los avances en los métodos diagnósticos de imagen y la mayor experiencia de los especialistas que las realizan hacen que sea una patología de detección principalmente prenatal o intraútero, lo que va a permitir realizar un seguimiento más estrecho del paciente. Los tipos de MCVRIs son: agenesia-aplasia pulmonar, hipoplasia pulmonar (HP), atresia bronquial (AB), enfisema lobar congénito (ELC) o hiperinsuflación lobar congénita (HLC), secuestro pulmonar (SP), malformación congénita de la vía aérea pulmonar (MCVAP) y quiste broncogénico (QB). La mayoría de pacientes diagnosticados prenatalmente van a estar asintomáticos al nacimiento, aunque es posible la aparición postnatal de síntomas como distrés respiratorio, sobre todo en aquellas malformaciones más grandes. El tratamiento será conservador o quirúrgico y, aunque a día de hoy hay todavía posturas a favor y en contra de la actitud a tomar en según qué MCVRIs, en las de mayor tamaño, con mayor riesgo de complicaciones posteriores o que estén dando síntomas, la opción terapéutica más clara va a ser la cirugía.Otros temas a abordar son la Vacunación en enfermedades crónicas, inmunodeprimidos y trasplantes. En los últimos años, se está asistiendo a un incremento sustancial de los niños con enfermedades crónicas, inmunodeprimidos o trasplantados. Dentro de los estándares de calidad en los cuidados de estos pacientes, se encuentra el manejo adecuado de las medidas preventivas, entre las que se encuentran las vacunaciones. El adecuado conocimiento de las pautas, dosis, momento ideal para su administración, contraindicaciones y otros aspectos importantes, se irán desglosando en este documento, con el fin de servir a los pediatras a optimizar al máximo el arsenal vacunal disponible, que puede ayudar de forma crucial la morbimortalidad de estos pacientes.
El último tema de formación de este número es la Semiología respiratoria. A principios de este siglo XXI, la recogida de la historia y la exploración física detallada se siguen considerando como parte esencial del examen clínico en neumopediatría y en Atención Primaria. Su sistemática incluye: la inspección, palpación, percusión y auscultación, ya de larga tradición. Los pediatras necesitan desarrollar habilidades en la auscultación pulmonar. Deben distinguirse los sonidos respiratorios normales de los anormales (estridor, crepitantes, sibilancias, roncus) para hacer un diagnóstico correcto. Es preciso conocer la patofisiología subyacente de la generación de diversos sonidos pulmonares para entender mejor las enfermedades que los generan. Este tema es importante en la clínica, pero también, en la formación universitaria y en la investigación, donde también están cada vez más implicados los pediatras de primaria. Este estudio menciona varias técnicas modernas de recogida de sonidos auscultatorios, así como una descripción de los sonidos patológicos para los que se están desarrollando herramientas de análisis informatizado.
Fuera de los contenidos de formación continuaremos con la Representación del niño en la pintura española y nos centraremos en la figura del autor Valeriano Domínguez Béquer y sus pinturas costumbristas.
En los Anexos se desarrollarán dos temas. ¿Qué opinan los pediatras sobre la vacunación infantil? El resultado de un estudio estadístico entre nuestros socios que recoge el sentir de los pediatras respecto a las vacunas, en un momento en el que este tema es conversación habitual en muchos foros sanitarios y no sanitarios.
En el segundo tema se recoge la entrevista realizada en el suplemento de El País al Presidente de la SEPEAP, el Dr. Venancio Martínez, que se tituló con la afirmación: “El desarrollo de la investigación en Pediatría de Atención Primaria, es clave para el futuro de la medicina infantil”
En la sección Crítica de libros, el Dr. Carlos Marina analiza la obra La identidad del ser humano. Errores, Falsificaciones y Garantías de Identificación a lo largo de la Historia escrito por el Dr. Antonio Garrido-Lestache.