Bird C, Dutton F. How to recognise and manage measles. BMJ. 2025 Feb 11;388:e079895
https://www.bmj.com/content/388/bmj-2024-079895
Tras el descenso en las tasas de vacunación causado por la pandemia de COVID-19 y el auge de la desinformación sobre las vacunas, los brotes de sarampión han experimentado un notable incremento. Europa sufrió un aumento significativo de casos en 2023, con 30.000 contagios frente a solo 941 en 2022, especialmente en comunidades con baja cobertura de vacunación. El reconocimiento precoz del sarampión es fundamental para controlar la propagación de esta enfermedad altamente contagiosa. Este artículo hace un resumen de su epidemiología, síntomas, complicaciones y profilaxis, para aprender a detectarlo de la forma más precoz posible.
El periodo de incubación suele ser de 10 a 14 días y los primeros síntomas incluyen fiebre, tos, conjuntivitis y rinorrea, conocidos como las “tres Cs” (cough, coryza, conjunctivitis). Dos o tres días después, pueden aparecer las manchas de Koplik (lesiones blanquecinas en la mucosa bucal), seguidas por una erupción cutánea maculopapular que comienza en la cara y se extiende hacia el tronco y extremidades.
El diagnóstico es principalmente clínico, pero se puede confirmar con pruebas serológicas (IgM) o mediante análisis de ARN vírico mediante muestras de fluido oral.
El sarampión puede causar complicaciones graves, especialmente en lactantes, embarazadas e inmunodeprimidos. Las más comunes son otitis media, neumonía, diarrea y convulsiones febriles. Las complicaciones tardías incluyen la panencefalitis esclerosante subaguda (SSPE), una afección neurológica mortal que puede aparecer años después de la infección.
No existe un tratamiento antiviral específico para el sarampión, por lo que la atención es principalmente de apoyo con hidratación, control de la fiebre y tratamiento de infecciones bacterianas secundarias.
La vacunación con la vacuna MMR es la medida preventiva más eficaz. Se requieren dos dosis para lograr la inmunidad, con una cobertura mínima del 95% para alcanzar la inmunidad colectiva. En caso de exposición, se puede administrar inmunoglobulina o la vacuna MMR como profilaxis postexposición para personas vulnerables.
El artículo destaca la importancia de la vacunación como herramienta clave para detener los brotes, junto con la rápida identificación y aislamiento de los casos. La educación pública y la lucha contra la desinformación son fundamentales para aumentar la cobertura vacunal, especialmente en comunidades marginadas.