Actualidad

Utilidad de las pruebas complementarias en las crisis febriles complejas

30 Jun 2014 | Actualidad Grupo de Trabajo Actualizaciones Bibliográficas

Crisis febriles complejas: estudio de la patología asociada y utilidad de las pruebas complementarias. Berzosa López R, Ramos Fernández JM, Martínez Antón J, Espinosa Fernández MG, Urda Cardona A. An Pediatr (Barc). 2014; 80(6):365-369
Las crisis febriles complejas (CFC) son un tipo de crisis febril que se caracteriza por su posibilidad de recurrencia en las primeras 24 horas, la duración mayor de 15 minutos, focalidad con o sin generalización secundaria o déficit neurológico posterior a la crisis. Característicamente son más temidas que las simples porque de forma clásica se han relacionado con patología intracraneal o epilepsia posterior; es por esto que la utilización de estudios complementarios con ingreso hospitalario es una indicación en la mayoría de los protocolos pediátricos. Sin embargo, estudios actuales han sido capaces de ofrecer dudas sobre la inconsistencia de esta relación, acercando más el manejo al que pudiera ofrecerse en una CF simple. Fiebre care-2285_1920 by Piblicdomain licensed CCO
Para observar la patología asociada y comprobar la rentabilidad de las pruebas diagnósticas, los autores diseñan un estudio retrospectivo en un hospital de tercer nivel, recogiendo datos de los casos de CFC atendidos entre los años 2003 y 2011. Entre los resultados cabe destacar que de un total de 65 pacientes, en 44 niños el criterio de crisis compleja fue la recurrencia del episodio en las primeras 24 horas (incidencia acumulada del 93% en las primeras 16 horas) y en otros 10, la duración de más de 15 minutos. De ellos 15 habían sufrido una crisis febril simple anteriormente, y hasta 20 niños tenían antecedentes familiares de crisis febriles. En cuanto a las pruebas complementarias, el estudio de reactantes de fase aguda evidenció únicamente un ascenso significativo en 2 de ellos (GEA invasiva y bacteriemia). La punción lumbar se realizó en 12 niños, ninguno de los cuales presentó alteraciones; y el estudio de neuroimagen sólo mostró alteración (atrofia córtico-subcortical) en uno de los 34 pacientes a los que se le indicó. En relación al EEG, de los 62 que se realizaron sólo en 2 niños se vieron paroxismos agudos epileptógenos, en los cuales la neuroimagen fue normal y no resultó útil para el manejo posterior. Los diagnósticos más frecuentemente asociados fueron los de viriasis de forma mayoritaria, faringoamigdalitis, otitis media aguda y gastroenteritis. Sólo hubo un caso de infección bacteriana grave, el referido anteriormente y que aparte de la clínica asociada elevó de forma considerable la PCR. No hubo complicaciones en ninguno de los niños durante el ingreso.
De forma global, y con los resultados obtenidos, se afianza la idea de que el manejo de una CF compleja se debe acercar cada vez más a una simple, sobre todo si el criterio de definición es la recurrencia o la prolongación de la crisis. La exploración neurológica es la que debe marcar la realización de estudios complementarios como la punción lumbar. Parece que el estudio de neuroimagen no es rentable; y en cuanto al EEG es obvio que no debe ser un criterio de ingreso, dado que no modifica el manejo urgente del niño. Es suficiente una observación estricta de 24 horas, pudiéndose realizar en los servicios de Urgencias si hay disponibilidad.
Sheila de Pedro del Valle
Médico Interno Residente. Hospital Clínico Salamanca.

Descuentos para socios
Congreso SEPEAP 2024 - Valencia