La historia de las vacunas comenzó en 1796, por aquel entonces el médico y biólogo británico Edward Jenner puso en marcha una práctica. Las vacas de un establo cercano padecían una enfermedad llamada Vaccina. Producía en las ubres de las vacas erupciones parecidas a las de la viruela humana. Jenner observó que al ordeñarlos ganaderos se infectaban, pero que su enfermedad desaparecía a los pocos días, igualmente no se infectaban de viruela como otros hombres del pueblo. El médico extrajo entonces pus de una erupción de una ganadera infectada y lo inoculó en un niño de ocho años. Al noveno día le inyectó la viruela humana y en poco tiempo se curó.
Desde entonces las vacunas han logrado salvar a muchas personas de la muerte o de las consecuencias de enfermedades graves y molestas. Según la OMS entre 2 y 3 millones de personas se libran de la muerte al año. El sarampión, una enfermedad ha reducido su mortalidad en el mundo un 74%. Otra enfermedad grave como el tétanos neonatal ha pasado de matar en 1988 a 790.000 niños a 59.000. Pese a todo, más de un millón de lactantes y niños de corta edad mueren cada año a causa de la enfermedad neumocócica o diarrea por rotavirus. Las vacunas han acabado con numerosas muertes prematuras en la infancia. En 2010 alrededor de 109 millones de niños menores de un año recibieron tres dosis de la vacuna contra difteria-tétanos-tos ferina (DTP3).
La doctora Belén Aguirrelzabalaga, del Centro de Salud Contrueces-Vega, en Asturias, y miembro de la SEPEAP explica el funcionamiento de las vacunas y nos responde a las preguntas más habituales.
¿Qué son las vacunas?
Las vacunas son productos biológicos, generalmente fabricadas a partir de microorganismos que producen enfermedades en el ser humano. Estos productos son tratados de tal manera que, al ser administrados, producen una reacción controlada similar a la enfermedad que se quiere prevenir, con el mínimo riesgo para el hombre. Con esto conseguimos que nuestro sistema inmune desarrolle una respuesta que nos protegerá cuando nuestro cuerpo se enfrente al organismo contra el que nos vacunamos.
¿Son todas Iguales?
Existen diferentes tipos de vacunas, según su composición. Por ejemplo, algunas son contra enfermedades producidas por virus y otras contra enfermedades producidas por bacterias. Además, existen vacunas fabricadas con el agente infeccioso completo y otras con pequeñas fracciones del mismo.
¿Son todas las vacunas igual de eficaces?
No, cada vacuna tiene una eficacia diferente, hay que tener en cuenta que existen factores personales que condicionan la respuesta de cada persona a la vacuna. Existen enfermedades que afectan a nuestro sistema de defensa y, por tanto, estas personas reaccionan menos a la administración de una vacuna.
¿Por qué nos tenemos que vacunar varias veces para la misma enfermedad?
La mayoría de las vacunas precisan de varias dosis para que nuestro cuerpo alcance el nivel de protección óptimo frente al microorganismo causante de determinada enfermedad. Cada vacuna es diferente, con distintas capacidades de producir defensas, y es por ello que hay vacunas que precisan administrar varias dosis a lo largo de la infancia para que la protección sea lo más completa posible frente al microorganismo.
¿Tienen muchos efectos secundarios las vacunas actuales?¿Cuáles son los más comunes?
Las vacunas, como cualquier producto biológico o farmacéutico, no están exentas de reacciones adversas. En su gran mayoría son leves, bien toleradas y aceptables. Las vacunas actuales tienen un adecuado perfil de seguridad, aunque cuando se vacuna a una gran cantidad de población pueden aparecer efectos adversos poco frecuentes. Las vacunas se administran habitualmente a niños sanos, y por ello las garantías de seguridad que se les exigen son las máximas. La seguridad de las vacunas se evalúa con gran rigor científico, garantizando que los beneficios de la vacunación son claramente superiores a los riesgos. Los efectos secundarios más comunes incluyen: fiebre, malestar general, o reacciones locales de inflamación y dolor en la zona de la inyección.
¿Porqué hay gente que no se infecta de esas enfermedades pese a no vacunarse?
En ocasiones, el efecto protector de la vacuna se extiende a personas no vacunadas, generando lo que se denomina inmunidad de grupo o rebaño. Al desaparecer la enfermedad del entorno del no vacunado, su riesgo de contagio también desciende.
¿Está justificada la postura de los padres que rechazan las vacunas, aumenta o disminuye este fenómeno?
A raiz de publicaciones erróneas sobre la seguridad de algunas vacunas ( como el caso de la vacuna del sarampión), se ha observado en distintos países ( Japón, Reino Unido, etc) un fenómeno de pérdida de confianza en la vacunación. Un artículo que relacionó esta vacuna con el autismo llevó a la disminución de las coberturas de esta vacuna, ocasionando reaparición de brote de esta enfermedad evitable que, en ocasiones, tiene mortalidad significativa. Posteriormente se demostró la falsedad de dicho estudio y, a pesar de ello, la desconfianza generada persiste hoy en día.
Hay que saber que la monitorización de la seguridad de las vacunas es el aspecto más crítico exigido por las autoridades sanitarias para autorizar la comercialización de una vacuna. La seguridad de las vacunas se vigila tanto en los estudios que se llevan a cabo durante el desarrollo de cada vacuna (antes de comercializarse), como en la vigilancia continuada tras su comercialización.
Por ello, no creo justificada la desconfianza de algunos sectores en las vacunas. Los beneficios que obtenemos para la salud de nuestros pacientes pediátricos con la vacunación superan infinitamente los posibles efectos adversos, que están minimizados y en constante vigilancia. Creo que deberíamos recordar aquellas enfermedades que hemos erradicado con la vacunación y que hasta épocas muy recientes diezmaron nuestra población, como la viruela.
¿Se puede vacunar estando el niño enfermo?
Si es un proceso banal que cursa sin fiebre, no hay motivo para retrasar la vacuna. No debe vacunarse en caso de enfermedad febril o enfermedad con afectación del estado general
¿ Todas las vacunas provocan fiebre?
No todas provocan como efecto secundario la fiebre, muchas de ellas solamente tienen efectos secundarios locales, como dolor en la zona de inyección o enrojecimiento
¿Se puede vacunar si está tomando antibiótico?
El tratamiento antibiótico no supone , en general, contraindicación para vacunarse. Para las posibles dudas, las familias tienen la posibilidad de acceder a las paginas web de las sociedades científicas pediátricas, en donde hay una sección específica de preguntas y los expertos en el tema correspondiente pueden aclarar cada una de ellas.
¿No se vacuna igual en toda España, porqué no hay un mismo calendario vacunal?
En España, debido al traspaso de competencias de la Sanidad a las Comunidades y Ciudades autónomas, existan 19 calendarios vacunales : el de las 17 CCAA, más el de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y el del Comité Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Todas las sociedades científicas pediátricas consideran que al calendario aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud le faltan inmunizaciones por incluir, tales como la vacuna antineumocócica ( disponible para el año 2016) y la vacuna contra el rotavirus. Existe además una novedosa vacuna contra el Menigococo B, comercializada en España solo en ámbito Hospitalario. La Asociación Española de Pediatría propuso para el 2015, este calendario.
¿Qué le parece la vacuna del neumococo en 2016?
Siempre es una buena noticia la incorporación al calendario vacunal infantil de una vacuna cuya eficacia esta más que demostrada. Las vacunas son un pilar fundamental en nuestra medicina preventiva.
¿Hay vacunas que, por no figurar en el calendario, son adquiridas directamente por las familias?
Aquellas vacunas que no están incluidas en el calendario oficial de nuestras comunidades, tales como la vacuna contra el neumococo y la vacuna contra el rotavirus, están disponibles en las farmacias. De tal manera que aquellos padres que deseen administrarlas a sus hijos, deberán comprarlas ya que no están financiadas por la Sanidad Pública. Evidentemente, lo deseable sería que estas vacunas estuvieran incluidas en el calendario oficial y por tanto financiadas por la Sanidad Pública.
¿Ve posible la supresión de alguna vacuna a causa de la practica desaparición de la enfermedad que trata de prevenir?
A lo largo de la historia de las vacunas hay enfermedades que se ha conseguido erradicar del mundo que ahora conocemos, gracias a los programas sistemáticos de vacunación, como es el caso de la viruela. También se ha conseguido la interrupción de la transmisión de la poliomielitis en gran parte del mundo y en gran parte del sarampión en el hemisferio occidental. Asimismo se ha conseguido el control de enfermedades como el tétanos, la difteria, la rubeola o la enfermedad invasora por Haemophilus Influenzae, entre otros.
La vacunación como medida preventiva, no termina cuando una nueva vacuna sale al mercado y se implanta de una u otra manera en el calendario vacunal. A partir de ese momento, hay un sistema de vigilancia de la incidencia de la enfermedad a prevenir con dicha vacuna, para conocer la evolución en el tiempo. Es así como se toman las decisiones de los cambios en las pautas vacunales, vigilando la evolución de la enfermedad a lo largo del tiempo tras la comercialización e implantación de cada vacuna.
El futuro de las vacunas es incuestionable, y el panorama de múltiples enfermedades que nos afectan actualmente será muy diferente en un futuro. Muchas de ellas quedarán relegadas al recuerdo histórico, como hemos mencionado en el caso de la viruela.
¿Están en fase de diseño nuevas vacunas que puedan llegar al mercado próximamente?
La investigación en el campo de las vacunas es un sector en constante crecimiento. Recientemente ha llegado a España la vacuna del meningococo B, germen muy agresivo que provoca meningitis, entre otras enfermedades. Hay resultados esperanzadores, por ejemplo, del primer ensayo clínico de una vacuna experimental en seres humanos contra el virus Ebola. Las vacunas de la gripe están en constante investigación y renovación, ya que el virus de la gripe cambia cada temporada. Es por tanto, un campo con un futuro esperanzador en la lucha contra las enfermedades infecciosas.