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La escoliosis es un problema frecuente en la infancia y especialmente en la adolescencia. La prevalencia estimada es de entre 5-6% en varones y entre el 10-14% de las mujeres. El 80% de las escoliosis son idiopáticas siendo la más grave la infantil (0-3 años) ya que si es progresiva puede afectar a la función pulmonar. La juvenil (4-6 años) puede provocar diversas alteraciones en su progresión. La escoliosis de los adolescentes constituye el grupo más numeroso de las idiopáticas, pero sólo  una de  cada cinco requiere tratamiento ortopédico y sólo el 0.2-0.3% necesitan un tratamiento quirúrgico. Debido a que la progresión es imprevisible y que las curvas empeoran a edades de máxima velocidad de crecimiento (12 años en las niñas y 14 años en los niños) es importante que el pediatra explore cuidadosamente la columna a estos pacientes ya que, por su pudor, difícilmente son observados desnudos o con poca ropa por sus padres y no pueden detectar anomalías en los hombros, escápulas o caderas.

Como dos de las características fundamentales de la escoliosis son la desviación lateral de la columna y la rotación vertebral, la exploración clínica más sencilla es indicar al paciente que realice la maniobra de la reverencia (banding test, test de Adams) para observar la prominencia de un hemitórax en caso de escoliosis. Sin embargo tiene el inconveniente de producir muchos falsos positivos (es muy sensible, pero poco específica).

El método más aceptado para evaluar la gravedad de la curva es por medio de una radiografía de la columna que determinará, por los ángulos de Cobb, el tratamiento más adecuado. En general, curvas de hasta 20º solo precisan ejercicios tipo gimnasia o natación, entre 20-40º ortesis y las superiores a 40º debe considerarse la cirugía. Los pediatras deben controlar cuidadosamente la progresión y saber cuándo han de remitir al/la paciente al ortopeda.

Como es difícil solo por la observación clínica si un/a paciente requiere la práctica de una RX o la derivación al especialista, se han desarrollado diferentes sistemas no invasivos o agresivos para poder evaluar el grado de escoliosis y su progresión como la radiografía o la topografía de Moire. El que se comenta aquí es el denominado escoliómetro. Este instrumento, desarrollado por Bunnell en 1984, para evaluar el grado de escoliosis es, en esencia, un nivel tipo curvo, relleno de un líquido con una bola metálica en su interior. Este nivel dispone de una escala numerada entre 0-30 grados. El escoliómetro se coloca en la espalda del paciente en el momento en que está realizando el test de Adams. Si hay una asimetría la bola se desplaza hacia uno de los lados y nos da una cifra en la escala denominada Ángulo de Rotación del Tronco (ART). Se ha de examinar toda la espalda del paciente especialmente en la zona dorsal y en la lumbar. Se ha comprobado una correlación estrecha entre el ART y el grado de escoliosis. Un ART de menor de 5 grados corresponde a una escoliosis menor de 20º. Recientemente este margen se ha recomendado aumentarlo a 7º. Los que tienen un grado superior al indicado deben ser referidos al ortopeda para una evaluación más completa. Los que no superen dicha cifra pueden tener o no una escoliosis leve por lo que no es necesario enviarlos al ortopeda o realizar una RX de columna. Sin embargo, en estos casos es imprescindible una re-evaluación de la columna entre tres y seis meses. Un aumento en el ATR de 3º indicaría una progresión de la curva precisando por tanto una evaluación inmediata por el ortopeda. Si el aumento es de 2º o menos puede considerarse como un cambio menor y necesita re-evaluaciones regulares.

Otra manera de evaluar la columna o la espalda es haciéndolo tal como se muestra en este vídeo.

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El escoliómetro es un instrumento de tamaño reducido y de fácil manejo. No se ha asociado morbilidad con su uso ya que la maniobra de reverencia se considera sensible y con el escoliómetro mejora la especificidad. En niños poco colaboradores o que no se están quietos, puede dar resultados erróneos en la lectura con la posibilidad de falsos positivos o negativos. Su utilización, por tanto, es recomendable en mayores de 7 años de edad.

Tipos de escoliometros que se pueden adquirir:

a) Scoliometer (original descrito por Bunnell) o

b) en empresas privadas fuera de nuestro país: Scoliosometro, ATR Tool  o en España: Baseline, Pedi-Scoliometer, Escoliotest

 Los smarphones tienen un acelerómetro micro electromecánico integrado (MEMS) y, con las aplicaciones desarrolladas para iOS y Android, permiten una medida precisa del ART equivalente a la obtenida por el escoliómetro clásico como Scoligauge Hay aplicaciones que permiten controlar la escoliosis por los familiares del paciente: ScolioTrack.

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