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Brotes de virus respiratorios y su relación con hepatitis aguda

28 Abr 2023 | Actualidad, Actualidad Grupo de Trabajo Actualizaciones Bibliográficas

Sawires R, Osowicki J, Clothier H, et al. J. Pediatric Hepatitis and Respiratory Viruses. A Spatiotemporal Ecologic Analysis. Pediatr Infect Dis J 2023 Apr;42(2):276-280

 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9990596/

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció la definición de hepatitis aguda grave de origen desconocido aquella en la que se excluye la etiología de los virus de la hepatitis A-E con elevación de alanina aminotransferasa (ALT) y aspartato aminotransferasa (AST) >500 IU/L en un individuo menor de 16 años. De enero a julio de 2022 se detectaron más de 1000 casos de esta entidad a lo largo de distintos países, la mayoría europeos. Se estableció una relación potencial con la infección por adenovirus especialmente el subtipo 41. La positividad para este virus se relacionó con un mayor riesgo de ingreso en cuidados intensivos y necesidad de trasplante hepático. Otras infecciones virales han sido también relacionadas con esta patología como las causadas por coronavirus humanos, rinovirus, parainfluenza, sapovirus, norovirus y picornavirus. En la fecha del presente artículo no se habían reportado casos de estas características en Australia. Mediante el estudio de casos de hepatitis anteriores y estableciendo una relación espacio-temporal con la actividad de virus respiratorios se pretende agregar información sobre posibles causas.

Estudio retrospectivo de cohortes ecológico. Recoge por un lado datos acerca de casos de hepatitis incluyendo la fecha de presentación, edad y área de residencia registrados desde julio de 2011 a junio de 2022. Por otro lado, se recogen los resultados de las muestras de reacción en cadena de polimerasa (PCR) múltiple de virus respiratorios realizadas en los dos hospitales terciarios del área estudiada también en las fechas descritas. Éstas son capaces de detectar adenovirus, influenza A y B, parainfluenza 1, 2, 3, 4, SARS-CoV-2, metapneumovirus humano, virus respiratorio sincitial, parechovirus y picornavirus.

En primer lugar, se determina la agrupación espacio-temporal de hepatitis y adenovirus de forma independiente en busca de similitudes. Mediante un análisis de regresión binomial negativa se establece si alguno de los otros virus respiratorios influye en el incremento de la incidencia de hepatitis. Se limitan dos momentos de estudio, uno entre 2011 y 2019 en el que no se incluye el SARS-CoV-2, y otro entre 2020 y 2022 en el que el virus de la COVID-19 aparece como una variable independiente.

Se analizaron 5518 casos de hepatitis recogidos en 16 grupos. 9 de ellos se datan entre el año 2020 y los primeros meses del 2022, coincidiendo 5 con el periodo del brote mundial de hepatitis. Entre los años 2011 y 2019 no se observaron datos de superposición entre los casos de hepatitis y los casos positivos para adenovirus. Antes de la pandemia por COVID-19 la asociación más fuerte se observó a nivel de positivos en picornavirus y virus respiratorio sincitial (VRS). Del 2020 en adelante la relación entre casos de hepatitis y PCRs positivas para picornavirus se estableció de forma más marcada con un riesgo relativo (RR) de 6.70 (IC 99%: 3.67-12.22). Enterovirus y rhinovirus pertenecen ambos al género picornavirus, predominando los primeros en verano y los segundos en invierno. Es por esto que probablemente se explique una mayor relación entre este grupo y las hepatitis, dada su extensa aparición a lo largo del año. El virus SARS-CoV-2 no fue identificado como posible agente etiológico de estos episodios.

A partir de mayo de 2022, aproximadamente en el 60-70% del brote mundial de casos pediátricos de hepatitis se detectaron muestras positivas para adenovirus y varios estudios reportaron una predominancia del adenovirus 41. Los datos hallados en este estudio desde finales del año 2021 y principios del 2022 establecen una pobre asociación entre los casos de hepatitis registrados y la infección por adenovirus. Sin embargo, hay que destacar una limitación importante. El adenovirus tipo F (entre el que se incluye el adenovirus 41) no está incluido en el panel de virus respiratorios realizados. Éste, con clínica más de tipo gastrointestinal, podría considerarse en paneles de PCR digestivos. Otro de los posibles sesgos que se pueden destacar se basa en la codificación diagnóstica de hepatitis. En algunos casos puede incluirse en ésta una elevación leve de transaminasas no significativa en sí, pero que se ha codificado de esta manera.

El análisis espaciotemporal realizado en este estudio no identifica una asociación entre hepatitis e infección por adenovirus. Interesarían nuevos estudios de correlación etiológica incluyendo no sólo muestras respiratorias. La clínica gastrointestinal predominante en algunos subtipos de adenovirus hace recomendable el estudio de paneles gastrointestinales.

Sheila de Pedro del Valle

Pediatra. Hospital Nuestra Señora de Sonsoles. Ávila

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