Cho A, Thomas J, Perera R, Cherian A. Undescended testis. BMJ. 2019; 364:l926
La criptorquidia (o testículo no descendido) es una anomalía congénita común que afecta aproximadamente al 2-8% de los niños en los estudios de población en Europa. La detección y derivación oportuna, y la adecuada corrección quirúrgica pueden mejorar la fertilidad y reducir la tasa de malignidad asociada con los testículos no descendidos.
Entre los factores de riesgo se incluyen una baja edad gestacional (<37 semanas de gestación) o un bajo peso al nacer (<2,5 kg), ya que ambos doblan el riesgo. Otros factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de testículos no descendidos, trastornos hormonales asociados, como hiperplasia suprarrenal congénita o trastornos del desarrollo sexual, y cirugía previa de hernia inguinal u orquidopexia.
En este artículo se presenta una revisión práctica del manejo en la consulta, como realizar una buena exploración, saber diferenciar los diferentes tipos que existen, qué sospechar en función de qué otros hallazgos nos encontremos a la exploración, y lo más importante, cuándo derivarlo.
Lo que destaca esta revisión es:
-Hay que examinar la posición testicular en niños recién nacidos y a las 8 semanas de edad para identificar el testículo no descendido
-Hay que revisarlos de nuevo a los 3 meses de edad para verificar el descenso espontáneo de los testículos; si aún no se ha descendido, derivar a un cirujano.
-Hay que derivar lo más pronto posible a los niños que presenten testículos no palpables bilaterales, anormalidades del pene o genitales ambiguos.
-La orquidopexia se realiza idealmente entre los 6 y 18 meses de edad.
Eva Navia Rodilla Rojo
Pediatra de Atención Primaria. Salamanca