La bronquiolitis aguda es la causa más frecuente de hospitalización en lactantes. La mayoría de los cuadros tienen un curso benigno. Aunque existen herramientas como las escalas clínicas, no es fácil predecir qué pacientes evolucionarán de manera desfavorable. En este contexto, disponer de una herramienta no invasiva que ayude a anticipar la evolución de las bronquiolitis leves-moderadas sería de gran ayuda en la práctica clínica.
Los autores proponen la ecografía pulmonar como técnica a pie de cama en estos niños. Los dos objetivos principales del estudio son, en primer lugar evaluar la relación entre la ecografía pulmonar y la gravedad de la bronquiolitis leve-moderada indicada por dos escalas clínicas; y en segundo lugar analizar si ésta técnica radiológica, realizada de manera precoz, guarda relación con la evolución clínica.
Se realizó un estudio observacional prospectivo. Se recogieron datos demográficos y clínicos de los pacientes al llegar al hospital, incluyendo la toma de constantes, saturación de oxígeno y cálculo de las dos escalas clínicas. Se siguió la evolución de los pacientes en el siguiente mes de la consulta. Se realizó ecografía pulmonar en las primeras 24 horas de la asistencia por dos pediatras residentes diferentes. Para asegurar una valoración objetiva se analizaron las imágenes a posteriori sin disponer de datos clínicos de manera aleatoria. Se examinaron 5 zonas en cada pulmón analizando 3 componentes de enfermedad pulmonar en las bronquiolitis agudas: anomalías de la línea pleural, extensión del síndrome intersticial y presencia de consolidaciones. Se planteó un score global con la puntuación de los 3 componentes en cada zona pulmonar con un rango de 0 a 50.
En un primer análisis se valoró el acuerdo interobservador entre los dos observadores principales y un pediatra con más de cinco años de experiencia en esta técnica. Después se evaluó la asociación del score global con la necesidad de ingreso en UCIP, días de hospitalización y duración de la oxigenoterapia.
Se incluyeron 59 pacientes con una mediana de edad de 90 días. La concordancia interobservador fue muy buena en la valoración de anomalías de la línea pleural y la extensión del síndrome intersticial (kappa >0.8) y buena en la presencia de consolidaciones (kappa >0.6). Para el score global el coeficiente de correlación fue de 0.917 (IC 95% 0.854-0.956).
Las áreas pulmonares más frecuentemente afectadas fueron las áreas posteriores paravertebral y subescapular del tórax. La puntuación mediana del score global fue de 8; 6 en los pacientes dados de alta al domicilio, 9 en los ingresados en planta y 17 en los que precisaron UCIP con significación estadística (p< 0.001). Por componentes hubo también diferencias estadísticamente significativas entre la puntuación de la extensión del síndrome intersticial y la presencia de consolidaciones y la decisión del alta a domicilio, ingreso en planta y traslado a UCIP, pero no con las anomalías de la línea pleural.
Se observó una correlación lineal entre los valores del score global y los parámetros clínicos recogidos a excepción de la frecuencia respiratoria. Por cada 5 puntos de incremento del score global aumentaba la probabilidad de ingreso en UCIP, estancia hospitalaria en 1.2 días y duración de la oxigenoterapia en 0.87 días.
No se ha podido demostrar que tenga una utilidad añadida a las escalas de valoración clínica para anticipar una evolución desfavorable.
Aunque todas las guías de práctica clínica no recomiendan exploraciones complementarias, la ecografía pulmonar podría resultar útil en casos de duda con escala clínica sobre la necesidad de observación hospitalaria. Un score > 13.5 tuvo una sensibilidad y especificidad del 100 y 82% respectivamente para predecir ingreso en UCIP.
Sheila de Pedro del Valle
Pediatra. Hospital Nuestra Señora de Sonsoles. Ávila