Autora:
Dra. M. Escorial Briso-Montiano.
Pediatra de Atención Primaria.
C.S. El Astillero (Cantabria).
¿Qué es?
Es una enfermedad muy frecuente. Predomina en los meses de otoño e invierno por la mayor supervivencia de los virus en ambientes fríos y por la mayor concentración de personas en lugares cerrados.
La mayoría de los episodios son causados por virus y en el caso de niños en edad escolar, sobre todo si asisten a guarderías, son especialmente recurrentes (de 3 a 8 anuales).
La transmisión se produce a través del aire y al entrar en contacto con secreciones de una persona infectada, ya sea directo o a través de superficies contaminadas, manos, etc. Los ambientes con humo de tabaco e incluso situaciones de estrés emocional también podrían favorecer el contagio.
La rinitis purulenta («mocos verdes») con frecuencia acompaña al resfriado común y no es una indicación por sí misma para instaurar tratamiento antibiótico.
Síntomas
Los síntomas (congestión nasal, mocos, tos, fiebre, irritabilidad, dificultad para conciliar el sueño, disminución del apetito, diarrea leve…) duran aproximadamente una semana, aunque la tos puede persistir durante 2-3 semanas.
Esto hace que, en muchas ocasiones, y sobre todo en el caso del niño que asiste a guardería, vuelva a producirse el contagio y se le superponga otro proceso. Hay que tener en cuenta esta situación para no confundirla con una mala evolución del proceso.
Tratamiento
No resulta beneficiosa la administración de antibióticos para el resfriado común y son frecuentes los efectos adversos en el aparato digestivo.
El tratamiento sintomático puede iniciarse en el domicilio sin previa visita al pediatra.
Consiste en lavados nasales con suero fisiológico con/sin aspiración posterior (dependiendo de la edad del niño), ingesta de líquidos, elevación de la cabecera de la cuna/cama (incluso dormir sentado si es necesario) y la administración de antitérmicos (paracetamol/ibuprofeno).
Si la evolución no es la esperada, se pedirá cita al pediatra.
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