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Seguimiento de la hipertransaminasemia asintomática

23 Jul 2021 | Actualidad, Actualidad Grupo de Trabajo Actualizaciones Bibliográficas

Fernández Ventureira V, Ros Arnal I, Rodríguez Martínez G, García Rodríguez B, García Romero R y Ubalde Sainz E. Evaluación del seguimiento de niños con hallazgo de hipertransaminasemia. An Pediatr (Barc) 2021 Jun;94 (6):359-365

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32891577/

Las anomalías del perfil hepático son una de las alteraciones más frecuentes en la práctica clínica habitual. Las causas que pueden producirlo pueden ser variadas, desde un dato inespecífico propio de determinadas situaciones clínicas hasta la primera manifestación de una patología hepática potencialmente grave. No existen guías para el seguimiento y evaluación de pacientes pediátricos con hipertransaminasemia e impresiona que la tendencia actual es realizar un seguimiento insuficiente de la misma.

Estudio descriptivo, observacional y retrospectivo. Se han seleccionado pacientes de 3 meses a 15 años pertenecientes a un área de salud con elevación analítica de alanino aminotransferasa (ALT o GPT) solicitada por cualquier motivo desde ámbito hospitalario o de atención primaria. El tiempo de estudio ha sido de 6 meses. Se han excluido todos los niños con comorbilidad o tratamientos que justifiquen esa elevación y a los que ya tenían un aumento previo de la misma. De los 305 pacientes con hipertransaminasemia sin enfermedad hepática aparente, sólo en 69 se pudo establecer un probable diagnóstico etiológico (62.3% mononucleosis, 20.3% miositis aguda postinfecciosa, 2.9% enfermedad celiaca, etc.). Los 236 niños restantes son la muestra a estudio: 47.5% son mujeres y el 3.4% tiene entre 3 y 18 meses, 58.5% entre 18 meses y 12 años y 38.1% entre 12 y 15 años. Un 55.9% de las peticiones proceden de atención primaria. El motivo de solicitud más frecuente es el digestivo/nutricional (27.5%). La elevación de ALT fue menor a dos veces el límite superior en el 75.8%, entre dos y cinco veces en el 20.3% y superior a cinco veces en el 3.8%. Un 24.57% de los niños estaba tomando algún fármaco prescrito por su pediatra (amoxicilina el más común). No se ha registrado las dosis y la pauta de éstos, así como la ingesta de fármacos o productos naturales que no lleven receta médica.

Se realizó un segundo control analítico en el 34.3% de los casos (81 pacientes) en los siguientes 12 meses con una media de 70.6 días. El 46.8% persistían con cifras elevadas (37 pacientes). En un 13% (9 pacientes) se llegó a un diagnóstico que justificara la alteración analítica. El tiempo hasta la realización del siguiente control es estadísticamente menor en niños con elevación mayor a dos veces el límite superior (79.9 + 66.2 días) frente a elevaciones inferiores (55.7 + 63.9 días) y en niños hospitalizados (75.03 + 77.3 días) frente a ambulatorios (66.7 + 60.3 días (p < 0.05). No se realizó un seguimiento adecuado en el 70.8% (167 pacientes). No se encontró relación entre el adecuado seguimiento y la edad, sexo, origen de petición o antecedente de tratamiento farmacológico; sí con el grado de elevación inicial de ALT.

Dos terceras partes de la muestra con diagnóstico final de patología hepática tenía cifras iniciales de ALT inferiores a dos veces el límite superior, y en ninguno de ellos el número inicial era superior a cinco veces el punto de corte. Esto establece una preocupación lógica ante pacientes con clínica ausente o inespecífica y una afectación hepática progresiva en los que se pierde la oportunidad del diagnóstico precoz y la instauración de medidas correspondientes.

Sheila de Pedro del Valle

Pediatra. Hospital Nuestra Señora de Sonsoles. Ávila

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