El soplo es el motivo de derivación más frecuente a cardiología pediátrica. A su vez, la ecocardiografía transtorácica no es una técnica costo-eficiente para el manejo del soplo en pediatría. Es por esto que la Academia Americana de Pediatría estableció en 2014 los primeros criterios (113 indicaciones en total) de uso apropiado de esta técnica. En un estudio multicéntrico que valoraba la implementación de estos criterios, el soplo inocente fue la más frecuentemente clasificada como no apropiada.
Se realiza un estudio de casos y controles realizado en un hospital de tercer nivel. La población la constituyen menores de 2 años que son derivados por primera vez desde atención primaria a consultas externas por soplo. Se clasificaron como casos los niños diagnosticados de cardiopatía congénita, y en función de la necesidad de seguimiento, tratamiento no urgente o tratamiento urgente recibieron la denominación de leves, moderadas y graves. Se utilizaron los criterios de la Academia Americana para definir una derivación adecuada (soplo orgánico o presumiblemente inocente asociado a signos clínicos o factores de riesgo personal o familiar) o no (ausencia de soplo o soplo inocente sin datos de alarma). Además se recogieron, mediante revisión de historias clínicas, otras variables: edad, sexo, antecedentes familiares de primer grado de cardiopatías congénitas, factores asociados (síndromes, cromosomopatías, tóxicos, fármacos, diabetes pregestacional, infecciones verticales), screening con pulsioximetría realizado y con resultado negativo, infección concurrente en la detección del soplo, tipo de soplo auscultado en cardiología pediátrica (normal/inocente/orgánico), síntomas, tipo de cardiopatía, tratamiento y seguimiento.
Se incluyeron 688 pacientes detectándose 129 casos (19%) de cardiopatía congénita (57% leves, 35% moderadas y 8% graves). Los menores de 3 meses presentaron mayor riesgo (52% de todas las cardiopatías, 78% de las moderadas y 80% de las graves). En una derivación adecuada según los criterios de la Academia Americana se incluyeron el 68% de los diagnósticos (todas las cardiopatías graves y el 93% de las moderadas). La presencia de screening negativo e infección concurrente se asociaron a menor riesgo. Un 22% de niños con infección en el momento del diagnóstico tenían una anomalía, todas consideradas como leves.
A partir de estos resultados se diseñó una estrategia de derivación alternativa para la realización de ecocardiografía para pacientes que cumplían uno de los siguientes criterios: derivación adecuada según criterios de la Academia Americana, edad menor de 3 meses, ausencia de screening por pulsioximetría con resultado negativo, o detección de soplo sin infección concurrente. Esta estrategia presentó una sensibilidad del 98%, especificidad del 40%, VPP 27% y VPN 99% para detectar cardiopatía congénita. Dejaría de diagnosticar un 2% de cardiopatías, todas ellas leves.
El uso de estos criterios en la derivación desde atención primaria a especializada por soplo puede ayudar a mejorar el uso de la ecocardiografía transtorácica.
Sheila de Pedro del Valle
FEA de Pediatría. Hospital Nuestra Señora de Sonsoles. Ávila