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Atención multidisciplinar a los menores trans

22 Jun 2022 | Actualidad, Actualidad Grupo de Trabajo Actualizaciones Bibliográficas, Noticias

Moral-Martos A, Guerrero-Fernández J, Gómez-Balaguer M, et al. Guía clínica de atención a menores transexuales, transgéneros y de género diverso. An Pediatr (Barc). 2022;96:349.e1-349.e11

https://www.analesdepediatria.org/es-guia-clinica-atencion-menores-transexuales-articulo-S169540332200011X

Bajo el término menores trans se agrupan personas que puedan autodefinirse, o no, como trans, transexuales, transgéneros, no binarias, de género fluido, etc. Es preciso un cambio en la mirada social que facilite la aceptación de todas las diversidades, sin invalidar la identidad, expresión de género o necesidades que pueda reflejar el menor. La atención debe ser realizada por un equipo multidisciplinar que informe, tanto al menor como a las familias de los tratamientos disponibles, efectos, consecuencias y limitaciones. En la etapa prepuberal, el asesoramiento familiar y/o el apoyo psicológico van a ser las únicas medidas a tomar. Tras establecer un itinerario individual se procederá al inicio de terapias endocrinas en caso de ser solicitadas. El bloqueo puberal es la primera medida a tomar y, ante una clara afirmación de la identidad, se inducen las características sexuales deseadas (terapia hormonal de afirmación o cruzada). Si tales tratamientos se retrasan en exceso o no tienen lugar, se evidencia un incremento global de psicopatología con situaciones como el bullying, automedicación, autolesiones o trastornos de la conducta alimentaria.

La solicitud de cambios físicos puede ir desde no precisar ningún tratamiento hasta todos los cambios clásicos con tratamiento hormonal y cirugía. En líneas generales la asistencia a menores trans debe realizarse desde un entorno de privacidad, dirigiéndose por el nombre sentido y ofreciendo apoyo psicológico y administrativo en todo el proceso. Debe ofertarse el inicio de bloqueo de la pubertad a partir de Tanner II, conociendo que por debajo de los 16 años el consentimiento informado debe ser por representación. Así mismo debe informarse sobre la posibilidad de preservación de material genético e incidir en estilos de vida saludables (evitar hábitos tóxicos, y recomendar medidas de anticoncepción y vacunas, entre ellas la del papilomavirus por debajo de los 26 años). Si hay sospecha de maltrato por no aceptación de la identidad de género debe contactarse con los servicios sociales.

Previo al inicio del proceso terapéutico debe efectuarse la recogida de datos antropométricos, exploración física con todas las connotaciones de ser este momento una acción delicada, y las pruebas complementarias que se consideren necesarias.

En el caso de que al inicio o en el transcurso de la pubertad exista malestar por la aparición de los caracteres sexuales secundarios, se puede indicar bloqueo puberal. Actualmente se realizan incluso por debajo de lo que se considera la edad de menor maduro, esto es, los 12 años. Los fármacos de elección son los análogos de hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) que se administran mensual o trimestralmente. Tanto el menor como la familia deben conocer previamente sus posibles efectos.

Dado que existen riesgos para la salud ósea e influencia en la salud emocional del adolescente, no es recomendable una supresión de la pubertad durante muchos años. El tratamiento hormonal de la afirmación de género cada vez se inicia de forma más frecuente antes de los 16 años. De esta manera el desarrollo corporal se tiende a igualar con el de las personas de su misma edad. En el caso de las adolescentes trans se recomienda el uso de valerato de estradiol oral o 17β-estradiol oral o transdérmico. Éste último es de elección en caso de enfermedad hepática y/o factores de riesgo cardiovascular. Existe mucha variabilidad en cuanto a los efectos feminizantes, siendo el objetivo mantener los niveles de estrógenos y testosterona en límites fisiológicos de una mujer cis. Para asegurar el desarrollo de caracteres secundarios y la supresión de la producción de testosterona se deben administrar de forma concomitante análogos de GnRH, acetato de ciproterona o espironolactona hasta la práctica de gonadectomía, si lo desean, una vez sean mayores de edad. El tratamiento de los adolescentes trans se realiza con ésteres de testosterona. Se han descrito efectos secundarios, el más importante el acné, pero también otros como la dislipemia o la alopecia androgénica. Dado que el sangrado uterino puede ser un momento de alta angustia para el menor se debe incidir en él con análogos de GnRH u otras opciones como los gestágenos, anticonceptivos o incluso la ablación endometrial.

Si el deseo es de feminización/masculinización parcial o estamos ante una persona de elección no binaria se deben garantizar las intervenciones de forma individualizada adaptándose a las necesidades que manifiesten. A veces el requerimiento no es de carácter endocrinológico o quirúrgico si no que pueden solicitar únicamente atención psicológica.

Sheila de Pedro del Valle

Pediatra. Hospital Nuestra Señora de Sonsoles. Ávila

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