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Cambios microvasculares a largo plazo en el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (SIM-PedS)

21 Feb 2024 | Actualidad, Actualidad Grupo de Trabajo Actualizaciones Bibliográficas, Noticias

Congreso SEPEAP 2024 - Valencia

Boever J, Nussbaum C, Arnold L, et al. Long-Term Microvascular Changes in Multisystem Inflammatory Syndrome in Children. JAMA Pediatr. 2024 Jan 16

https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/article-abstract/2813990

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El síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) es una reacción postinfección rara pero grave al SARS-CoV-2 que requiere tratamiento de cuidados intensivos en el 48% de los pacientes. La patogénesis precisa y el impacto clínico a largo plazo del MIS-C siguen siendo poco conocidos. Varios mecanismos moleculares vasculares relacionados con el SARS-CoV-2 implican funciones clave potencialmente agudas y duraderas del endotelio y la microcirculación. Se ha descrito deterioro microvascular in vivo en pacientes con COVID-19. Además, existe escasa evidencia de daño microvascular en el MIS-C durante las fases aguda y postaguda inmediata. Dados los datos limitados sobre la patogénesis del MIS-C y los resultados a largo plazo con un posible vínculo con la microcirculación y la función endotelial, se investigaron estos aspectos longitudinalmente durante la fase aguda y de 3 a 6 meses después del inicio de los síntomas.

Este estudio prospectivo de casos y controles se realizó entre el 8 de abril y el 16 de diciembre de 2022, tras la aprobación del comité de ética de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich. Los niños diagnosticados con MIS-C según los criterios de la OMS y sin comorbilidades significativas se incluyeron en el estudio después de obtener el consentimiento informado por escrito de los padres o tutores y se emparejaron por edad y sexo con los participantes de control sanos.

Se recogieron datos clínicos y signos vitales. Los videos de la microcirculación sublingual se obtuvieron con un microscopio de video MicroScan portátil basado en la tecnología de imágenes de campo oscuro de flujo lateral. Se determinaron la densidad total de vasos (TVD), el índice de flujo microvascular (MFI), la proporción de vasos perfundidos (VPP) y la distribución del diámetro de los vasos. La función endotelial (índice de hiperemia reactiva) y la rigidez arterial (índice de aumento [IA]) se midieron mediante pletismografía arterial digital con el dispositivo EndoPAT. El análisis de los datos se realizó de forma ciega mediante SPSS e incluyó la prueba de Shapiro-Wilk, la prueba t, la prueba χ2, la prueba U de Mann-Whitney y la regresión lineal multivariante. El P de 2 lados < .05 fue significativo.

Se reclutaron dieciocho pacientes con MIS-C (7 [38,9%] mujeres; 11 [61,1%] hombres; edad media [DE], 10,6 ± 4,0 años; 1 se excluyó por comorbilidades) y se emparejaron con 17 controles (6 [35,3%], mujeres; 11 [64,7%], hombres; edad media [DE], 10,96 ± 4,2 años). Se examinaron durante la fase aguda y después de una mediana de 114,5 días (RIC, 94,5-136,0 días). Durante la fase aguda, los pacientes con MIS-C en comparación con los controles mostraron una microcirculación significativamente dañada, incluida una mediana más baja de MFI (2,36 [RIC, 2,23-2,72] frente a 2,80 [RIC, 2,69-2,86]; P = 0,01), TVD (16,14 [RIC, 14,61-17,85] mm/mm2 vs 19,61 [RIC, 19,22-20,66] mm/mm2; P = 0,004) y VPP (12,31% [RIC, 11,46%-15,59%] vs 18,10% [RIC, 17,67%-19,70%] P = 0,004). La distribución del diámetro de los vasos se alteró con rarefacción capilar significativa.

La alteración de los parámetros microcirculatorios persistió durante el seguimiento, incluso sin inflamación continua. Estos hallazgos siguieron siendo significativos cuando se ajustaron los factores de confusión conocidos como la edad, el índice de masa corporal y el sexo. Además, la IA aumentó significativamente en el MIS-C, pero solo durante el seguimiento (mediana, −7,05 [RIC, −15,72 a 0,54] frente a −18,01 [RIC, −30,46 a −10,03]; P = 0,009). Los subanálisis no revelaron ninguna asociación entre la gravedad de la enfermedad (disfunción miocárdica, necesidad de cuidados intensivos o uso de catecolaminas) o los parámetros de laboratorio (proteína C reactiva, ferritina, leucocitos o fibrinógeno) con alteraciones microcirculatorias persistentes.

Este estudio encontró daño microvascular significativo y persistente con redistribución de la arquitectura de los vasos (es decir, pérdida de capilares con aumento relativo de vasos más grandes) en pacientes con MIS-C y sugiere una asociación a largo plazo con la rigidez arterial. Estos hallazgos sugieren que la patogénesis del MIS-C puede ir más allá de la reacción hiperinflamatoria aguda, posiblemente involucrando efectos independientes del SARS-CoV-2 en el endotelio y el sistema vascular. En apoyo de esta idea, se han observado perturbaciones microvasculares en niños que se recuperan de COVID-19. Los pacientes con COVID persistente también han demostrado una densidad vascular significativamente reducida. Incluso en esta pequeña cohorte de un solo centro, las alteraciones vasculares significativas que persistieron durante varios meses pueden indicar que el MIS-C se asocia con un mayor riesgo de futuras complicaciones cardiovasculares.

Por tanto, este estudio enfatiza la importancia de comprender el impacto vascular del MIS-C durante la fase aguda y el período de seguimiento para proporcionar atención médica e intervenciones adecuadas. Una limitación fue la pequeña población de estudio debido a la rareza del MIS-C.

Javier López Ávila

Urgencias de Pediatría. Hospital Universitario de Salamanca.

Profesor Asociado de Pediatría. Universidad de Salamanca

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