Drozd F, Leksbǿ TS, Stǿrksen HT, et al. An overview of reviews for preventing and treating sleep problems in infants. Acta Paediatr. 2022 Nov;111(11):2071–2076
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/apa.16475
De acuerdo con la Clasificación de los Desórdenes de Salud Mental y del Desarrollo en la Infancia se define el retardo en el inicio del sueño como un tiempo igual o mayor de 30 minutos. Éste junto a la presencia de despertares frecuentes o una combinación de ambos se identifican como los dos problemas del sueño más frecuentes en la infancia. Para diagnosticarlos, el niño debe tener más de 6 meses, los síntomas deben durar al menos 4 semanas y no ser debidos a otras patologías, afectando a la calidad de vida del niño y de la familia. Se prefiere optar por las intervenciones comportamentales, excepto que factores médicos aconsejen el inicio de un tratamiento. Sin embargo, a menudo tanto los padres como los profesionales encuentran consejos y recomendaciones contradictorias en la literatura. El objetivo del estudio se basa en realizar una descripción general de las revisiones sistemáticas sobre intervenciones para prevenir y tratar las dificultades del sueño en lactantes.
Se identificaron 5 revisiones sistemáticas durante el periodo de 2010 a 2021 compuestas por 24 estudios independientes, la mayoría ensayos aleatorios (k=20, 83.3%). Se denominaron elementos de proceso a las condiciones bajo las cuales se entregaron las intervenciones a realizar. La mayoría incluían asesoramiento de expertos en 1-6 sesiones de forma individual generalmente y a nivel postnatal. Implicaban el suministro de material a modo de libros, videos etc. lo que suponía una mayor responsabilidad de los padres en el autoaprendizaje. Como elementos prácticos se identificaron a las acciones específicas que producían un resultado concreto. La mayoría ponían énfasis en el aprendizaje del niño para quedarse dormido de forma independiente, incluyendo información sobre los ciclos del sueño, señales de agotamiento y rutinas positivas para la hora de dormir. En este caso se observó una elevada heterogeneidad en los estudios incluyendo diferentes combinaciones y variedad de elementos prácticos.
Se demostró beneficio tras las intervenciones en el tiempo de sueño total comparado con el grupo control, que típicamente se definió como los que no recibían ninguna intervención. En relación a los despertares nocturnos y a otros factores como la calidad del sueño materno y su salud mental, los resultados fueron desiguales. También hubo gran variación en términos de efecto, lo que dificultó concluir qué elementos son necesarios para el cambio buscado, conociendo además que cada niño y cada familia son únicos y quizá los elementos de intervención deben de ser individuales.
De acuerdo con la teoría del apego, los lactantes precisan respuestas sensibles e inmediatas a las señales de comportamiento que expresan necesidad de protección, alimentación, contacto y cuidado. Sin embargo, interpretar todo comportamiento inestable al inicio del sueño o despertares como expresión de estas necesidades puede llevar a reforzar actitudes erróneas. El llanto del niño puede expresar otra necesidad primaria como es la de dormir.
No está claro el momento en el que se deben realizar las intervenciones y qué elementos pueden ser efectivos. Aun así, tres factores parecen repetirse como beneficiosos: enseñar al niño a dormirse sólo minimizando la respuesta parental en relación al sueño, educar a los padres sobre los ciclos del sueño y la necesidad de dormir del niño e implementar hábitos de sueño positivos.