Oliveira Neves R, Meirelles Nunes L, de Oliveira Silveira L, et al. Síntomas de estreñimiento funcional y métodos de alimentación complementaria: ensayo clínico aleatorizado. An Pediatr (Barc). 2023 Apr;98(4):267-75
La prevalencia de estreñimiento en la población pediátrica se estima alrededor de un 30%. Más de un 90% de los casos corresponden al estreñimiento funcional (EF) en el que el retraso o la dificultad para la defecación no se atribuyen a otra condición médica. Los factores dietéticos desempeñan un papel importante en la fisiopatología del EF. El objetivo del estudio se centra en investigar el impacto de los diferentes métodos de alimentación complementaria sobre la prevalencia del EF en lactantes a los 12 meses de edad.
Ensayo clínico aleatorio en el que el binomio madre-lactante se incluían en uno de los siguientes 3 grupos: 1. PLW (parent-led weaning); 2. BLISS; o 3. Un método mixto diseñado para el estudio combinando PLW y BLISS. Se establecía un ciego simple para el investigador mientras que las madres conocían el grupo al que habían sido asignadas en el momento de la intervención. Cuando el lactante cumplía los 5.5 meses, los progenitores participaban en un taller nutricional donde se establecían las pautas. En el grupo de PLW el adulto alimentaba al bebé con cuchara a partir de los 6 meses desde la consistencia de papilla o puré con una progresión gradual de tal manera que a los 12 meses el niño llegara a consumir alimentos como el resto de la familia. En el grupo BLISS se promovió que el niño se alimentara de forma independiente con alimentos de consistencia firme y con formas alargadas para favorecer su agarre y masticación. En cada comida deberían ofrecer 3 tipos de alimentos: una fuente de hierro, una de energía y una de fibra. En el método mixto, los padres iniciaban la alimentación complementaria con el método BLISS. Se proporcionaron materiales con los que poder identificar signos de insatisfacción o falta de interés por los alimentos ofrecidos. En este caso, los progenitores deberían ofrecer el mismo alimento según el método PLW.
Un total de 135 madres completaron la intervención y rellenaron el cuestionario correspondiente a los 12 meses. 45 en el método PLW, 42 en método BLISS y 48 en método mixto. De los lactantes de la muestra total prácticamente la mitad (49.6%) manifestaban síntomas de EF. Sin embargo, no se encontró una asociación estadísticamente significativa entre EF (p=0.183) o síntomas relacionados con el estreñimiento y el método de introducción de alimentación complementaria. Tampoco se determinó una asociación entre el tipo de parto, características sociodemográficas familiares y del lactante en sí con la presencia de datos de EF. Tomando el método PLW como referencia, la odds ratio para el método mixto fue de 0.675 (IC 95%: 0.436-1.042; p=0.077) y 0.799 para el método BLISS (IC 95%: 0.546-1.167; p=0.245). Un dato importante al que se hace referencia es al análisis del consumo de fibra determinado el día antes de la recogida de datos. Cuando se compararon las diferentes estrategias de introducción alimentaria no se encontraron diferencias significativas.
Es posible que el alto interés de los progenitores por el tema o el hecho de que recibieran asesoramiento nutricional influyeran en los resultados. Otras posibles limitaciones del estudio incluyen el propio cuestionario de síntomas de estreñimiento dado que solo se rellena en un momento puntual sin preguntar por datos previos. El alto nivel socioeconómico de la muestra podría influir en hábitos relacionados como el consumo de leche de vaca. Aunque el análisis se realizó con la intención de tratar, no todos los participantes siguieron el método asignado. La falta de adherencia fue más frecuente en parejas asignadas a los métodos BLISS y PLW que acabaron aplicando un método mixto.
El análisis de los distintos tipos de alimentación complementaria y su impacto en la salud infantil es básico para dar autonomía a las familias en cuanto al método más adecuado para ellas. Los métodos empleados en este estudio resultaron ser seguros en cuanto a la ingesta de micronutrientes y a aumentar la exposición a la fibra sin grandes diferencias entre ellos.