Silcock RA, Doyle R, Clark JE, et al. Parechovirus infection in infants: Evidence-based parental counselling for paediatricians. J Paediatr Child Health. 2022 May;58(5):856-862. doi: 10.1111/jpc.15859
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jpc.15859
Los parechovirus humanos han emergido recientemente como una de las causas principales de sepsis e infecciones del sistema nervioso central en lactantes pequeños. Las consecuencias sobre el neurodesarrollo a medio y largo plazo tras superar una infección por parechovirus todavía se desconocen.
El objetivo del presente estudio fue evaluar el neurodesarrollo durante el 2º y 3º año de vida en pacientes con antecedente de infección por parechovirus en época de lactante.
Se siguió a niños ingresados por parechovirus en el hospital de Brisbane durante la temporada 2017/2018. Se les aplicó de forma seriada el cuestionario “Ages and Stages” para evaluar el desarrollo psicomotor en el segundo y tercer año de vida.
De un total de 65 pacientes, un 63% mostraba en el segundo año de vida algún aspecto que sugería retraso psicomotor. El dominio más comúnmente afectado fue la comunicación. En cambio, esta cifra disminuía al 30% al evaluar estos aspectos durante el tercer año de vida. Los antecedentes de prematuridad y apneas se asociaron con alteraciones en el desarrollo entre los 27-36 meses de edad. El valor de las pruebas de imagen de forma rutinaria no queda claro; en el estudio, alteraciones precoces que se observaron en las RMN no parecían correlacionarse con las consecuencias sobre el neurodesarrollo. Los resultados también apoyan que no está indicada una valoración auditiva rutinaria en estos pacientes, sin embargo, sí se deben tener en cuenta posibles defectos visuales.
La mayoría de los lactantes ingresados entre 2017-2018 con infección por parechovirus, mostraron normalización en su neurodesarrollo hacia los 27-36 meses de edad. Pero se necesitan más investigaciones acerca de las consecuencias neurológicas en una infancia más tardía que permitan aconsejar a los padres de forma más precisa durante la fase aguda de la infección y planear un seguimiento adecuado.