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Consumo de suplementos nutricionales en la adolescencia, ¿un problema serio?

9 Nov 2023 | Actualidad, Actualidad Grupo de Trabajo Actualizaciones Bibliográficas, Noticias

Millán-Jiménez A, Fernández-Fontán IM, Sobrino-Toro M y Fernández-Torres B. Prevalencia, hábitos de consumo y complicaciones de los suplementos nutricionales proteicos en adolescentes. An Pediatr (Barc). 2023; 99(4):240-51

Prevalencia, hábitos de consumo y complicaciones de los suplementos nutricionales proteicos en adolescentes | Anales de Pediatría (analesdepediatria.org)

Un suplemento nutricional es definido según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria como una fuente concentrada de nutrientes u otras sustancias con efecto nutricional o fisiológico, cuya finalidad es complementar una dieta normal. Con una alimentación equilibrada, la mayoría de los adolescentes no necesitan consumir este tipo de suplementos, incluso los que realizan un entrenamiento físico regular. Se conoce que el consumo de este tipo de complementos puede generar efectos adversos. Si nos referimos a los productos proteicos se han descrito entre otros la aparición de acné, modificación de la microbiota o daños renales o hepáticos. El objetivo del estudio se centra en conocer la situación real del consumo de suplementos en los adolescentes de nuestro entorno mediante una encuesta que pretende estimar su prevalencia, hábitos de consumo, relación entre suplementos proteicos y dieta habitual, efectos adversos e identificar medidas preventivas.

Estudio prospectivo observacional realizado entre marzo y abril de 2023 basado en una encuesta online dirigida a alumnos entre 12 y 18 años cursando enseñanza secundaria o bachillerato en una ciudad española (Sevilla). Se seleccionaron 12 centros de enseñanza de manera aleatoria. La encuesta se estructuraba en 4 categorías de variables: 1. factores de la población a estudio, 2. clasificación de los suplementos nutricionales, 3. factores relacionados con el consumo de suplementos proteicos y 4. Otros factores como la indicación o el seguimiento por especialistas. Sólo 6 centros, todos ellos de carácter público, aceptaron participar en el estudio, obteniéndose finalmente 263 respuestas válidas. De los participantes, 52.47% fueron hombres. La edad media fue de 14.82 +/- 1.58 años, con un índice de masa corporal (IMC) de 20.42 +/- 3.48 kg/m2. El 8.37% tomaba medicación de forma habitual. El 66.16% refería seguir una dieta equilibrada, y 46.39% realizaban deporte entre tres y cuatro veces por semana (ninguno como deportista profesional). Sólo 50 adolescentes (19.01%) habían consumido suplementos en los últimos dos años, siendo los de efecto estimulante los más usados (32.0%) seguidos de los de efecto recuperador (30.0%). Un 26% refirió ingerir varios tipos simultáneamente. La recomendación para el consumo provenía de compañeros y amigos en un 47.45%, y los adquirían principalmente en tiendas físicas (61.90%), internet (28.57%) y centros de entrenamiento (7.14%). Se estableció una relación significativa entre el consumo de estos suplementos con una mayor edad e IMC, la frecuencia de práctica deportiva, la dieta habitual y la utilización de medicamentos por enfermedad. Tras el análisis uni y multivariante se objetivaron como factores de riesgo la toma de medicación crónica y realizar dieta para perder peso o hiperproteica, mientras que la práctica deportiva moderada aparece como factor protector. Si nos referimos a los suplementos proteicos un 10.64% refirieron haberlos utilizado, lo que supone un 56.0% de todos los complementos nutricionales estudiados. El consumo medio de suplementos proteicos fue de 0.26 +/- 0.18 g/kg/día. En este caso la recomendación mayoritaria fue de profesionales sanitarios (39.13%). El efecto deseado para su uso fue el de mejorar el rendimiento deportivo o la apariencia física y un 85.18% confesó haber alcanzado esta meta. El 18.51% señaló algún efecto adverso como la diarrea (9.09%), astenia (4.54%), nauseas (4.54%) o edemas (5.54%). Al comparar los adolescentes que consumían productos proteicos con los no proteicos, la única diferencia significativa que se halló se refiere al control del consumo, en el 25.92% de los que tomaban proteínas el seguimiento lo hacía un profesional (médico, entrenador o nutricionista) en comparación al 7.38% de los que usaban productos no proteicos.

Probablemente la principal limitación del estudio hace referencia al diseño, puesto que el cumplimiento de una encuesta anónima en adolescentes sin asesoramiento puede influir en la fiabilidad de las respuestas. Además, destaca la escasa participación de los centros escolares. Al ser un estudio transversal no se puede establecer causalidad.
Como conclusión podemos decir que la prevalencia de consumo en adolescentes de suplementos nutricionales es más alta de lo deseable, siendo los productos proteicos los que más se utilizan. El consumo de estos puede suponer hasta el 25% de la recomendación para este rango de edad y destaca que los jóvenes que más los utilizan son los que están realizando dietas hiperproteicas. Un alto porcentaje presenta efectos adversos y la mayoría confiesa que ellos mismos son los que establecen el control sobre su utilización.

Los autores hacen referencia a la escasa bibliografía existente en nuestro país sobre el consumo de suplementos proteicos en adolescentes sin contar con ninguna publicación en los últimos 5 años. Esto nos sitúa en un escenario en el que son necesarios estudios más amplios para establecer una prevalencia real de consumo, instando a las autoridades sanitarias al control de la publicidad, distribución y venta de suplementos nutricionales en este rango de edad.

Sheila de Pedro del Valle

Pediatra. Hospital Nuestra Señora de Sonsoles. Ávila

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