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Actualización en parálisis facial pediátrica

17 Jun 2021 | Actualidad, Actualidad Grupo de Trabajo Actualizaciones Bibliográficas, Carrusel

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Malik M and Cubitt JJ. Paediatric facial paralysis: An overview and insights into management. J Paediatr Child Health. 2021 Jun;57(6):786-790. doi: 10.1111/jpc.15498

La parálisis facial describe la incapacidad física para activar los músculos de la expresión facial. Tiene una gran variabilidad por lo que los pacientes pueden presentar distintos grados de dificultad en acciones como comer, hablar, pronunciar o lubricar la córnea. El objetivo de la presente revisión es señalar la epidemiología, etiología, prioridades en el manejo y opciones de tratamiento de la parálisis facial en pediatría.

Presenta una incidencia de 2,7/100.000 en niños por debajo de 10 años y de 10,1/100.000 en niños mayores de 10 años anualmente. La etiología se puede dividir en congénita o adquirida, siendo desconocida en la mitad de los casos. Las complicaciones perinatales son la causa más frecuente de parálisis facial congénita (generalmente unilateral), pero suelen tener un pronóstico favorable. Algunos síndromes también pueden asociarla, como es el caso del síndrome de Moebius. En cuanto a las causas adquiridas, son menos frecuentes en la población pediátrica, incluyen: causas infecciosas (adenovirus, varicela, Epstein Barr, tuberculosis, enfermedad de Lyme, etc.), inflamatorias (enfermedad de Kawasaki, púrpura de Schonlein-Henoch), tumorales y traumáticas.

En cuanto a la exploración física, comparar el lado afectado con el sano permite al profesional reconocer la posición de estructuras, prestando especial atención a las contracciones musculares involuntarias del lado afectado y del contralateral. Se recomienda iniciar por la frente valorando la presencia de arrugas y depresión de las cejas. En el tercio medio de la cara, centrarse en el parpadeo y la posición de las pestañas, así como el movimiento de las alas nasales en inspiración. En la parte inferior, evaluaremos la posición y profundidad del surco nasolabial y la posición de las comisuras bucales en reposo y sonriendo.

El manejo de la parálisis facial depende de la etiología y gravedad de la misma. Aquellos con parálisis facial incompleta unilateral pueden beneficiarse de rehabilitación facial, pero no servirá en niños con anomalías congénitas del nervio facial. Como un 50% de las parálisis faciales en niños son parálisis de Bell y presentan una resolución de un 70% en 3 meses, los tratamientos farmacológicos van más encaminados a reducir las secuelas que a tratar la enfermedad como tal. Los más usados son los corticoides orales. La protección de la córnea es esencial, se debe cubrir el párpado por las noches, usar gafas de sol y lágrimas artificiales. Otra opción no quirúrgica es la inyección de toxina botulínica, que se puede usar tanto en el lado afecto como en el contralateral para mejorar la simetría. En determinados casos se precisa tratamiento quirúrgico, que incluye técnicas estáticas y dinámicas. Un manejo cuidadoso de la etiología y el déficit funcional es crucial para establecer las mejores opciones de tratamiento en las que suele intervenir un equipo multidisciplinar.

Laura Gómez Recio
Pediatra de AP. CS Virgen de La Concha, Zamora

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