En este articulo se hace una comparación interesante entre dos epidemias del último siglo, por un lado el consumo de tabaco y por otro la obesidad. De igual forma que el aumento del consumo de tabaco derivó en un aumento exponencial de la mortalidad por cáncer de pulmón y otras enfermedades relacionadas (1 de cada 5 muertes en USA), el aumento de obesidad ha hecho que 1 de cada 10 muertes se asocie a obesidad siendo en estos momentos el tercer factor de riesgo de mortalidad.
Entre los niños de 6-11 años de edad, por ejemplo, la prevalencia de obesidad fue del 4,2% en la década de 1960, y fue del 19,6% en el período 2007-2008, casi un aumento de 5 veces en 40 años Los autores hacen una descripción de los factores que llevaron a aumentar el consumo de tabaco y sus similitudes con los factores relacionados con la alimentación que pueden haber ocasionado un aumento en la obesidad infantil. Algunos de ellos se refieren a la capacidad de fabricación de productos alimenticios, campañas masivas de marketing (algunas dirigidas a población infantojuvenil), precios bajos, comodidad y accesibilidad de los alimentos poco saludables, falta de información sobre la repercusión en la salud a la población e incluso supresión de alguna información sobre efectos secundarios.
Debemos utilizar las lecciones aprendidas con el tabaco para evitar la progresión de la obesidad como la epidemia del siglo XXI: educación directa de padres y jóvenes, divulgación de los informes científicos sobre los riesgos de una alimentación y estilo de vida inadecuados, campañas publicitarias sobre alimentos poco saludables, restricciones a la comercialización en niños y adolescentes, impuestos a los alimentos con alto poder edulcorante y grasas saturadas, promoción y subvención de alimentos saludables como frutas y verduras, y la vigilancia de los alimentos que consumen los niños.
Angel Martín Ruano
Pediatra de EAP. CS San Bernardo Oeste. Salamanca
Profesor Asociado. Facultad Medicina. Universidad de Salamanca