Aunque el trastorno del espectro autista (TEA) se manifiesta en los primeros años de vida, aún la edad media de diagnóstico se encuentra por encima de los 4 años y es incluso más tardía en niños de color o en aquellos procedentes de zonas rurales o desfavorecidas. Un diagnóstico precoz es muy importante porque permite acceder a intervenciones más tempranas que han demostrado mejores resultados. La herramienta más utilizada y estudiada para el cribado de TEA es el cuestionario M-CHAT que la Academia Americana de Pediatría recomienda realizar a los 18 y 24 meses de edad.
El objetivo del presente estudio fue examinar la precisión de este cribado mediante un seguimiento de los 4 a los 8 años en niños estadounidenses incluidos en 31 centros de Atención primaria.
Se realizó el cribado en un total de 23634 niños, en un 50% más de una vez. La prevalencia de TEA fue de 2.2%. La sensibilidad de M-CHAT fue de 38.8%, la especificidad de 94.9%, el valor predictivo positivo (VPP) 14,6% y el negativo (VPN) 98,6%. En aquellos en los que se realizó el cribado dos veces, el segundo fue más sensible (39,8% vs 31.8%). La especificidad y VPP fueron mayores en niños de raza blanca. También fue mayor el VPP en niños (19.9%) frente a niñas (7.7%). La sensibilidad fue mayor en niños prematuros pero la especificidad menor.
Aunque el cuestionario identificó menos niños con TEA de lo esperado, aquellos con cribado positivo recibieron el diagnóstico 7 meses antes que el resto, lo que sugiere que contribuye a un diagnóstico precoz. El VPP no mejoró con la edad, en contraste con los resultados de estudios previos. Sin embargo, sí mejoró con la repetición del cuestionario lo que resalta la importancia del doble cribado.
Laura Gómez Recio
Pediatra de AP. CS de Béjar. Salamanca
