La prevalencia de la obesidad grave entre niños y adultos jóvenes se ha incrementado en la última década. Aunque la prevalencia de factores de riesgo cardiometabólico es relativamente baja entre niños y adultos jóvenes que tienen sobrepeso u obesidad, aquellos con formas más graves de obesidad pueden estar en mayor riesgo.
Se realizó un análisis transversal de los datos de los niños y adultos jóvenes de 3 a 19 años de edad con sobrepeso u obesidad que fueron incluidos en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición desde 1999 a 2012, para evaluar la prevalencia de múltiples factores de riesgo cardiometabólico de acuerdo con el grado de obesidad. El estatus de peso se clasificó sobre la base de la medición de la talla y el peso. Se utilizaron definiciones estándar de los valores anormales de colesterol total, colesterol HDL, colesterol LDL, triglicéridos, presión arterial, hemoglobina glicosilada y glucosa en ayunas. Se informó sobre la prevalencia de valores anormales en niños y adultos jóvenes de acuerdo al estatus de peso.
Entre 8579 niños y jóvenes adultos con un índice de masa corporal en el percentil 85 o mayor (de acuerdo con las gráficas de crecimiento de los CDC), el 46,9% tenían sobrepeso, el 36,4% tenían obesidad clase I, 11,9% obesidad clase II, y el 4,8% obesidad clase III. Los valores medios para algunas, pero no todas, de las variables cardiometabólicas fueron mayores con la mayor severidad de la obesidad, tanto en los participantes masculinos y femeninos, y los valores fueron más altos en los participantes masculinos que en los femeninos; para el colesterol HDL, los valores medios fueron menores con la mayor severidad de la obesidad. Los modelos multivariables que controlaban la edad, la raza o el grupo étnico y el sexo mostraron que cuanto mayor es la gravedad de la obesidad, mayores eran los riesgos de un bajo nivel de HDL colesterol, presión arterial sistólica y diastólica elevadas, y niveles altos de triglicéridos y hemoglobina glicosilada.
Se concluye que la obesidad grave en niños y adultos jóvenes se asoció con un aumento de la prevalencia de los factores de riesgo cardiometabólico, especialmente entre niños y jóvenes.
Javier López Ávila. Pediatra de EAP. CS San Bernardo Oeste
Urgencias de Pediatría. Hospital Universitario. Salamanca
Profesor Asociado de Pediatría. Universidad de Salamanca