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Pavlopoulou I, Marsela Tanaka M, Dikalioti S, et al. Clinical and laboratory evaluation of new immigrant and refugee children arriving in Greece. BMC Pediatrics. 2017;17:132

Los niños migrantes, y en particular los refugiados, representan una población en riesgo de una variedad de problemas de salud física y mental como resultado de su limitado acceso a la atención de la salud de calidad, el aumento de la prevalencia de enfermedades infecciosas en sus países de origen y las condiciones subóptimas durante el proceso de migración. La proporción de migrantes en la población europea es sustancial y sigue creciendo debido a un mayor flujo de refugiados que entran por los países del Mediterráneo. Sin embargo, la información sobre la salud de los inmigrantes en Europa es limitada y poco concluyente, más aún los datos sobre los niños.

12887_2017_888_Fig1_HTML Distribution of new migrant children according to continent, country of origin and migration statusEn respuesta a la escasez de información en este ámbito, se trató de describir las características demográficas, clínicas y de laboratorio e identificar posibles determinantes entre los inmigrantes recién llegados a Grecia. De 2010 a 2013, se incluyeron un total de 300 niños (I/R: 138/162) con una edad media de 7,08 años, la mayoría procedían de Asia (80,7%) y los países de nacimiento más comunes fueron Afganistán (44,6%) y Bangladesh (10,7%). En general, el 79,3% presentó un estado de vacunación desconocido, un 21,3% problemas dentales y un 7,3% problemas clínicos adicionales. La tuberculosis latente fue identificada en el 2,7%, mientras que la anemia, la ferritina sérica baja y la eosinofilia se encontraron en 13,7%, 17,3% y 22,7% de los sujetos, respectivamente. El 57,7% tenían anticuerpos protectores contra el antígeno de superficie de la hepatitis B y niveles de plomo en la sangre elevados (30,6%). Los inmigrantes tenían menos probabilidad de inmunización desconocida (OR=0,25, p<0,001), pero tenían mayores probabilidades de ferritina baja (OR=1,97, p=0,043), niveles séricos de plomo elevados (OR=2,97, p=0,001) y anti-HBs protectores (OR=1,79, p=0,03). La edad estuvo inversamente asociada con anemia, ferritina baja, niveles elevados de plomo o anti-HBs positivo.

Por tanto, casi un tercio de los inmigrantes y refugiados presentaron problemas clínicos tratables, y si no se diagnostican puede tener graves consecuencias adversas para la salud. Recomiendan que todos los inmigrantes y refugiados recién llegados reciban una evaluación integral de la salud, incluyendo examen físico, evaluación de la vacunación, así como cribado de tuberculosis. Exámenes de laboratorio para anemia y exposición al plomo, especialmente en los niños más pequeños y los originarios de Asia. La serología de hepatitis B puede considerarse dependiendo de la configuración y los recursos, pero no debe retrasar la administración de una dosis de vacuna multivalente, en el momento de la primera visita. Sólo la participación conjunta de todas las partes interesadas podría conducir a una mejora de la vigilancia de la salud de los migrantes, lo que a su vez es imprescindible para una integración más segura de esta población y el establecimiento de comunidades más sanas.

Laura Martínez Figueira
Médico Interno Residente de Pediatría. Hospital Universitario de Salamanca

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