Hoy en día cada vez más servicios de Neonatología en España están creando o asociándose a biobancos de leche humana, ya que se ha demostrado que la leche humana procedente de donante es el mejor alimento para neonatos pretérminos cuando no es posible alimentarles con leche de su propia madre. Esta leche donada debe ser pasteurizada para garantizar la seguridad en cuanto a presencia de microorganismos. Sin embargo, este proceso puede influir en el contenido de macronutrientes de la misma.
Este estudio busca analizar a gran escala los efectos de este proceso. Se obtuvieron datos acerca del contenido de proteína, lactosa, lípidos y contenido energético de muestras procedentes de 460 pools de leche materna donada a distintos biobancos en Italia, y se comprobaron los niveles antes y después de someterlos al proceso de pasteurización tipo Holder. Este proceso es el estipulado como el recomendado en todas las guías internacionales de biobancos de leche y consiste en someter a la muestra a temperaturas de 62.5 ºC durante 5-6 minutos. Se comprobó que el proceso reduce de forma significativa el contenido en proteína (Delta% -2.51 +/- 13.12%) y en lípidos (-4.79 +/- 9.47%).
Si bien esto es cierto, la ventaja es que esta reducción es clínicamente poco significativa. Por una parte, se conoce que la pasteurización tiene mayor efecto sobre proteínas bioactivas presentes en mayores niveles en el calostro versus leche madura (>15 días postnatal, como suele ser el caso de las muestras de biobanco). Además, como generalmente toda donación de leche materna procede de madres de bebés sanos a término y se emplea la leche para alimentar a pretérminos con necesidades específicas, esta leche debe ser fortificada en cualquier caso, de manera que se pueden suplir las pérdidas.
Sí es importante conocer cómo el proceso de pasteurización afecta a la leche para que se puede fortificar de forma adecuada, sabiendo de qué partimos. Lo ideal de cara al futuro sería estudiar otros métodos de pasteurización que permitan una adecuada esterilización de la leche materna a la vez que garantizan una pérdida mínima de nutrientes.
Ana Martínez Pereira.
Residente de Pediatría. Hospital Universitario de Salamanca