Actualidad

Infección por COVID-19 en niños

30 Mar 2020 | Actualidad, Actualidad del Grupo de Trabajo Enfermería Pediátrica, Carrusel

Sinha IP, Harwood R, Semple MG, et al. COVID-19 infection in children. Lancet Respir Med. 2020 March 27

Con el aumento de las tasas de hospitalización y mortalidad por la nueva enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), existe una preocupación comprensible en todo el Reino Unido por los profesionales médicos y el público en general. El COVID-19 grave en niños es raro. Hasta la fecha, la revisión más grande de niños con COVID-19 incluyó a 2143 niños en China. Solo 112 (5,6%) de 2143 niños tenían enfermedad grave (definida como hipoxia) y 13 niños (0,6%) desarrollaron insuficiencia respiratoria o multiorgánica o síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Hasta el momento, se han reportado dos muertes en niños con resultados positivos para COVID-19 en China, y ninguna muerte en Italia. Estamos esperando informes formales de resultados en niños de otros países, pero hasta la fecha, no se han reportado muertes en la literatura publicada. Estas cifras están en marcado contraste con la tasa de mortalidad global del 4% en adultos con COVID-19. Aunque la tasa de mortalidad por COVID-19 en niños es baja, los profesionales médicos y los padres están preocupados por la salud de los niños en el Reino Unido. Una de las preocupaciones es que, aunque la mayoría de los niños infectados en el Reino Unido tendrán síntomas leves, algunos podrían sentirse gravemente enfermos. Aunque es poco probable que la proporción de niños con infección grave sea sustancialmente peor que en niños en China o Italia, puede haber algunas diferencias en las características clínicas, la progresión de la enfermedad y el resultado. Los resultados de las enfermedades respiratorias infantiles son consistentemente peores en el Reino Unido que en otros países, y los niveles de obesidad y tabaquismo prenatal (ambos asociados con una infección viral grave) son comparativamente altos. Los adultos con comorbilidades cardiorrespiratorias tienen un mayor riesgo de mortalidad por COVID-19; por lo tanto, los niños con afecciones preexistentes son una preocupación específica para los profesionales de la salud. Si bien es necesario resaltar este riesgo, muchos padres y niños con afecciones preexistentes están preocupados, sobre todo porque escuchan términos como vulnerable y de alto riesgo. Para los niños con una afección respiratoria subyacente (p. ej., fibrosis quística o asma grave), la preocupación de los padres aumenta. No hay datos completos disponibles sobre el impacto de COVID-19 en los niños que están bien, con una afección subyacente, pero es razonable considerar que podrían tener un mayor riesgo de enfermedad grave. Se ha alentado a las familias con niños con enfermedades respiratorias crónicas a ser más proactivas con medidas que reducen las posibilidades de adquirir COVID-19, pero las decisiones de emprender el distanciamiento social son complejas y difíciles.

Los padres y los profesionales de la salud están muy preocupados porque COVID-19 es una enfermedad nueva, con una base de evidencia débil sobre la cual formular decisiones clínicas. La mayoría de la literatura se relaciona con enfermedades de adultos, pero estos hallazgos no siempre son transferibles a los niños. Por ejemplo, en adultos, ciertos hallazgos están asociados con enfermedades graves, como ferritina sérica alta y anomalías bilaterales en la TC de tórax. Es difícil determinar las características clínicas comunes en niños con enfermedad grave, y no está claro si existe un biomarcador común, debido al pequeño número de casos. Las recomendaciones de tratamiento hasta la fecha se basan en observaciones, más que en evidencia de ensayos clínicos. Debemos tratar y manejar a los niños de una manera basada en la evidencia, a pesar de tener muy poca evidencia a nuestra disposición.

Necesitamos ser compasivos y precisos con nuestro lenguaje y pasar de clasificar a los niños como de alto riesgo a los niños con condiciones preexistentes, en las pautas, los medios de comunicación o en publicaciones científicas. Los medios de comunicación y los investigadores científicos deberán ser responsables con sus informes. La transparencia en estas situaciones evita la desinformación y la mala interpretación, y sus peligros asociados. En un momento de tanta incertidumbre y ansiedad, la verdad es una de las herramientas más efectivas que tenemos.

Javier López Ávila
Urgencias de Pediatría. Hospital Universitario de Salamanca

Descuentos para socios
Congreso SEPEAP 2024 - Valencia