Esmel-Vilomara R, Dolader P, Sabaté-Rotes A, et al. Evolución del intervalo QTc en pacientes con infección SARS-CoV-2 tratados con fármacos antivitirales. An Pediatr (Barc). 2022; 96(3):213-220
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1695403321001776
Del total de casos graves por coronavirus 2019 en España, se estima que sólo el 0.8% son menores de 18 años. En estos pacientes, las publicaciones sobre alteraciones electrocardiográficas por COVID-19 son escasas y tampoco existen series largas de niños que hayan precisado tratamiento con hidroxicloroquina u otros antivirales. El objetivo del estudio es describir el grado de prolongación del QT en pacientes pediátricos ingresados por COVID-19 en relación a la administración de hidroxicloroquina y otros fármacos antivirales que se han recomendado a lo largo de la evolución de la pandemia como lopinavir/ritonavir, remdesivir y azitromicina.
El estudio se realiza en un Hospital de tercer nivel en el que se seleccionaron 11 pacientes entre marzo y mayo de 2020 que habían requerido algunos de estos fármacos para el tratamiento de la neumonía por COVID-19. Cada uno de ellos fueron emparejados por edad y sexo en una proporción 1:2 con controles sin patología cardiaca conocida (pero sí otras, 6/22, 27.3%) y sin recibir ningún tratamiento antiviral para la enfermedad por COVID-19 (pero sí otros de base (2/22, 9.1%) que podrían tener efecto sobre el QT). En la muestra, el 45.5% son pacientes de sexo femenino con un rango de edad que va desde los 17 días a los 15 años. Destaca la existencia de comorbilidades significativas en la población a estudio. El 36.4% (4/11) tenía diagnosticado una cardiopatía y el 27.3% (3/11) contaba con un estado de inmunosupresión. El 54.5% (6/11) de los pacientes requirió ingreso en unidad de cuidados intensivos.
Se establecieron 3 puntos de corte electrocardiográfico: previo al tratamiento, antes de las 72 horas del inicio del mismo y tras más de 72 horas de tratamiento. Todos los electrocardiogramas (ECG) fueron evaluados manualmente por la misma persona y se consideró un QTc prolongado (calculado con fórmula de Bazett) de 440 ms en niños y 460 ms en niñas. El 90.9% (10/11) recibió tratamiento con hidroxicloroquina y en 72.7% (8/11) se le asoció a esta azitromicina. En 3 niños se utilizó lopinavir/ritonavir y en uno remdesivir. Este último se combinó con hidroxicloroquina y azitromicina que ya recibía como tratamiento de base la paciente a estudio por un déficit de surfactante congénito.
La mediana del intervalo QTc basal en sujetos estudiados fue de 414.8 ms (IQR 49.2) sin observarse diferencias respecto al de los controles: QTc 416.5 ms (IQR 29.4; p=0.716). Hasta el 45.5% (5/11) de los niños del grupo de estudio recibían fármacos para su patología de base que tienen efecto sobre el intervalo QT frente a un 9.1% del grupo control. Sin embargo, sólo dos pacientes del grupo COVID que se suman a dos pacientes del grupo control presentaban un QTc largo basal. El QTc en el grupo tratado mostró un incremento mediano de 1.5 ms (IQR 50.25) entre el ECG basal y el de las primeras 72 horas y de 28.9 ms (IQR 48.7) entre las primeras 72 horas y después de estas (p=0.062). 4 pacientes (36.4%) presentaron una prolongación del QTc (2 de ellos ya lo tenían basalmente), en 3 (27.2%) por encima de 500 ms, entre ellos dos de los 3 tratados con lopinavir/ritonavir. El paciente que recibió remdesivir no presentó alargamiento del QT. No se documentaron episodios de arritmias ventriculares graves y no hubo ningún exitus.
El escaso tamaño muestral, limitación fundamental del estudio, probablemente genere falta de significación estadística en los datos mostrados. Hay que tener en cuenta que los casos graves de neumonía por COVID en pacientes pediátricos corresponden a pacientes pluripatológicos y con múltiples tratamientos de base que pueden incidir en sobre el intervalo QTc. Aunque los regímenes de tratamiento han sido modificados, parece razonable realizar un ECG previo al inicio y monitorizar la respuesta hasta 72 horas después de cualquier fármaco o combinación de fármacos con efecto conocido sobre el QT. Se debe recomendar la suspensión en pacientes en los que la elevación del QTc sea superior a 500 ms de forma sostenida.