European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology & Nutrition (ESPGHAN); European Academy of Paediatrics (EAP); European Society for Paediatric Research (ESPR). World Health Organization (WHO) guideline on the complementary feeding of infants and young children aged 6-23 months 2023: A multisociety response. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2024 may 14
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38743631/
La nueva guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la alimentación complementaria (AC) para niños menores de 23 meses, ya sean alimentados con leche materna o fórmula, tiene como objetivo promover una nutrición y salud óptimas. Ofrece recomendaciones basadas en la evidencia para países de ingresos bajos, medianos y altos. En este trabajo, se abordan diversas preocupaciones sobre ciertos aspectos de la guía que podrían causar daños no intencionados a los lactantes y niños pequeños, y se proponen alternativas o modificaciones. Asimismo, se destaca la falta de una consulta abierta y la participación de las partes interesadas en el desarrollo de la guía, lo cual permitiría corregir posibles inexactitudes, especialmente considerando que está destinada a aplicarse a nivel global.
Uno de los desafíos reconocidos al desarrollar guías para la alimentación infantil es que las prácticas óptimas, factibles o aceptables pueden variar según factores específicos del lactante y su entorno. Las recomendaciones de la OMS buscan proporcionar principios generales, pero a menudo requieren adaptarse al contexto particular.
En relación con la recomendación de continuar la lactancia durante el segundo año de vida, encontramos que, a pesar de los beneficios teóricos, la revisión sistemática utilizada como base mostró resultados adversos asociados con la lactancia prolongada, como un mayor riesgo de bajo peso y caries dentales, sin impacto en el retraso del crecimiento o la morbilidad infecciosa infantil. Aunque el nivel de evidencia era muy bajo, la guía recomendó firmemente continuar con la lactancia en el segundo año, basándose principalmente en opiniones subjetivas y teóricas.
La guía sugiere que, en ausencia de leche materna, se puede alimentar a los lactantes con leche animal o fórmula después de los 6 meses. Aunque la fórmula ofrece mayores beneficios nutricionales, la recomendación prioriza la leche animal, lo que podría aumentar el riesgo de obesidad debido a una ingesta excesiva de proteínas. Esta decisión se basa en la falta de recursos en países de bajos ingresos, pero no considera el contexto específico y estudios que vinculan el consumo de leche de vaca con deficiencia de hierro y obesidad. Los autores reconocen que aportar hierro de otras fuentes es complicado en ciertos entornos por las limitaciones económicas y culturales.
La guía recomienda iniciar la alimentación complementaria a los 6 meses, pero no aborda factores importantes como la preparación del desarrollo y la introducción de alimentos alergénicos. La evidencia indica que introducir alimentos alérgenos entre los 4 y 6 meses puede disminuir el riesgo de alergias sin interferir con la lactancia, especialmente en lactantes con historial familiar de enfermedades alérgicas.
En conclusión, este trabajo respalda varias recomendaciones de la nueva guía de la OMS sobre alimentación complementaria, pero plantea interrogantes sobre algunas recomendaciones relacionadas con la lactancia prolongada, el uso de leche animal y la edad para la introducción de la alimentación complementaria. Sugiere que estas recomendaciones deberían adaptarse al contexto específico para evitar confusiones y posibles consecuencias no deseadas.
